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Las elecciones de Hong Kong muestran la profundidad del descontento social

Los candidatos prodemocracia obtuvieron una victoria arrasadora en las elecciones a los concejos distritales el domingo, después de casi medio año de protestas.
mar 26 noviembre 2019 05:15 AM
Una prueba para la democracia
Todas las partes consideraban que las elecciones del domingo serían un referéndum de facto para las protestas.

James Griffiths

HONG KONG- El movimiento de protesta en Hong Kong atrapó la atención del mundo con los mítines de millones de asistentes y los disturbios que pararon en seco a la ciudad . Sin embargo, ganó en grande este fin de semana porque calló.

La victoria arrasadora de los candidatos prodemocracia en las elecciones a los concejos distritales del domingo, 24 de noviembre, son una reprimenda dolorosa para el gobierno de la ciudad y un ejemplo de lo que los manifestantes pueden lograr si se les da la oportunidad.

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Al evitar los disturbios y confiar en que los electores los apoyarían, los manifestantes se alzaron con una victoria mayor que si hubieran perturbado las votaciones. También demostraron que lejos de tornarse en anarquía, como algunas personas del lado del gobierno han afirmado, el movimiento de protesta puede controlar cuándo y en dónde se llevan a cabo los disturbios, cosa que ni la Policía, ni el gobierno chino, ni los líderes de la ciudad pueden hacer.

El domingo, el cielo era hermosamente azul; hubo largas filas y fue uno de los días más tranquilos en Hong Kong desde que comenzaron las protestas, en junio. Lejos de las imágenes de destrucción y furia que han dominado en la cobertura noticiosa a últimas fechas, esta era una ciudad que funcionaba. Y a juzgar por los resultados, funcionaba a pesar de su gobierno, no gracias a él.

Manifestantes mantienen su trinchera contra policías en universidad de Hong Kong

Según la emisora pública RTHK, los candidatos de la oposición se quedaron con casi el 90% de los escaños disponibles. Antes de las elecciones del domingo, los 18 distritos estaban en manos de partidos pro-China. Cuando el conteo terminaba, el lunes, 25 de noviembre, todos los distritos, salvo uno, habían quedado en control de los prodemocracia. El único rebelde, el concejo de Las Islas, incluye a varios miembros de designación directa, pero incluso ahí, los candidatos prodemocracia se quedaron con la mayoría de los escaños de elección popular.

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Así, las elecciones fueron una demostración del poder de la gente en más de un sentido. Los manifestantes demostraron que tienen la disciplina para dejar que la gente se exprese y los recompensaron con un contundente voto de confianza. La pregunta ahora es si el gobierno escuchará.

Resultados asombrosos

Las elecciones a los concejos distritales suelen ser aburridas. Solo podrían cobrar una importancia tan desmesurada en un sistema como el de Hong Kong, en el que se han reprimido cada vez más las otras vías a la democracia.

Todas las partes consideraban que las elecciones del domingo serían un referéndum de facto para las protestas. Como la participación fue alta desde que abrieron las urnas —y para mediodía había superado a la de 2015—, muchas personas predijeron que los candidatos prodemocracia ganarían, pero pocos esperaban que arrasaran de tal manera.

Desde el corazón del distrito financiero de la ciudad hasta las islas exteriores y los complejos habitacionales del proletariado en Kowloon, los candidatos prodemocracia y antigobierno echaron a los concejales pro-Beijing establecidos. Ni siquiera la Alianza Democrática para el Mejoramiento y el Progreso de Hong Kong (DAB, por sus siglas en inglés), el partido pro-Beijing más grande de la ciudad y el autor de una de las operaciones de fomento de participación electoral más eficientes, pudo soportar la oleada antigobierno. Menos del 20% de los candidatos del partido salieron airosos (21 de 181) y muchos personajes prominentes, como el vicepresidente Holden Chow, perdieron sus cargos.

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En entrevista con CNN antes de la votación, Chow dijo que esperaba la derrota, pero que los partidos progobierno se recuperarían. Cuando le preguntaron por qué se debería permitir que los hongkoneses elijan a sus representantes locales pero no al líder de la ciudad, dijo que "queremos una democracia pragmática y acorde con la situación de Hong Kong, que no arruine nuestra relación con el gobierno central".

Más allá del simbolismo de las elecciones del domingo, el control sobre la mayoría de los concejos de distrito les da a los miembros prodemocracia el derecho a elegir a 117 de los 1,200 miembros del comité "ampliamente representativo" que elige al líder de la ciudad . Esto significa que la oposición tendrá más voz al determinar quién sucederá en 2022 a la atribulada líder actual de la ciudad, Carrie Lam.

¿El gobierno escuchará?

Ahora que las elecciones terminaron y los concejos distritales quedaron transformados, empezará la lucha por guiar la narrativa.

Por parte del gobierno, será difícil evitar la culpa por la magnitud de la derrota de los candidatos pro-Beijing y porque muchos personajes prominentes del sistema consideraron que esto era un referéndum de las protestas. Desde hace meses, el gobierno se ha negado a tolerar algún acuerdo político; consideró que las protestas eran una cuestión de seguridad pública, y responsabilizó a la atribulada Policía de la ciudad de controlarlas. En teoría, conforme las protestas se tornaran más disruptivas y violentas, alienarían a muchos moderados para beneficio del gobierno.

Sin embargo, la supuesta "mayoría silenciosa" de electores que se oponen a las protestas no se presentó el domingo a las urnas. En todo caso, lo que se subestimó fue el grado del sentir contra el gobierno, no contra las protestas. Ahora, la líder de la ciudad, Carrie Lam, tendrá que pensar en alguna táctica nueva o en una solución a las "cinco demandas" de los manifestantes o arriesgarse a que protestas más grandes con un movimiento vigorizado.

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Las cinco demandas son: el retiro del proyecto de ley de extradición que desencadeno la crisis ( ya se logró ); la iniciación de una investigación independiente sobre las acusaciones de abuso de la fuerza de parte de la Policía; retractar cualquier categorización de la protesta del 12 de junio como "motín"; amnistía para los manifestantes arrestados, y la implementación del sufragio universal en la elección del jefe ejecutivo y el consejo legislativo.

Joseph Cheng, profesor de Ciencias Políticas en la City University de Hong Kong, dijo que el gobierno tiene que considerar seriamente el riesgo que conllevaría no reaccionar eficazmente a las elecciones aunque siga negándose a tolerar un acuerdo.

"Debe haber un proceso de reconciliación, un diálogo con el movimiento prodemocracia", agregó Cheng. "Pero si en el futuro cercano no hay una respuesta de este tipo, los manifestantes volverán a protestar y a enfrentarse con la Policía y demás".

En un comunicado muy mesurado, el lunes, Lam dijo que su gobierno "respeta los resultados de las elecciones".

"En la comunidad hay varios análisis e interpretaciones en relación con los resultados y unos cuantos tienen la postura de que los resultados reflejan la insatisfacción de la gente con la situación actual y con los problemas más arraigados en la sociedad", agregó Lam. "[El gobierno] atenderá a las opiniones de los miembros del público con humildad y reflexión seria".

El siguiente paso

Los manifestantes no pueden darse el lujo de ser excesivamente complacientes con los resultados del domingo. Aunque parezca una aprobación contundente del movimiento, lo más probable es que sea imposible saber si la gente votó a favor de los candidatos prodemocracia o por los manifestantes en sí, o simplemente para transmitirle un mensaje al gobierno.

Los resultados del domingo también indican que existe cierto deseo de reorientar las exigencias de las protestas. Aunque algunos de los candidatos victoriosos mencionaron la investigación sobre el abuso de la fuerza de la Policía —por mucho la demanda más importante desde que se retiró oficialmente el proyecto de ley de extradición en septiembre—, la mayoría se postuló sobre una plataforma democrática más amplia y esto es lo que conecta a todos los que votaron por la oposición e incluso a algunos personajes del lado progobierno.

El movimiento por el sufragio universal ha estado estancado desde 2014, cuando inició la Revolución de los Paraguas porque el gobierno chino se negó a permitir que hubiera elecciones realmente libres para líder de la ciudad .

De las cinco exigencias, el llamado a reanudar la reforma política ha sido el que menos énfasis ha recibido, pero también es el único que mira al futuro y busca un cambio fundamental. Incluso los llamados a investigar a la Policía incluyen nada más los presuntos delitos pasados y no son una forma de cambiar la composición ni la conducta de la corporación de ahora en adelante.

La falta de confianza en la líder y en la legislatura de la ciudad por la forma poco democrática con la que se los elige es la raíz de las protestas —nadie le confió a Lam la tarea de supervisar las extradiciones y los legisladores electos no pueden supervisar eficazmente a la Policía—, pero convencer al gobierno chino de permitir cualquier cambio en este sistema es, probablemente, la más difícil de todas las exigencias.

Se ha hablado muchas veces de que si Lam hubiera reaccionado a las primeras protestas masivas en contra del proyecto de ley de extradición, podría haberse evitado toda la crisis. De igual manera, si se hubiera anunciado una investigación independiente hace meses, cuando se retiró finalmente el proyecto de ley, la cosa tal vez hubiera quedado ahí.

Ahora, los electores demuestran no solo la profundidad de su descontento, sino también su poder. Tal vez sea lo único que pueda satisfacerlos realmente sea la transformación de todo el sistema.

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