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Un deslave mortal inspiró a este joven africano para proteger el medio ambiente

En 2017, las lluvias torrenciales en Sierra Leona provocaron la muerte de la familia adoptiva de Alhaji Siraj Bah, por lo que se volvió un activista contra deforestación.
sáb 07 diciembre 2019 08:15 AM
Alhaji Siraj Bah
Alhaji Siraj Bah fabrica productos amigables con el medioambiente en Sierra Leona

Emma Reynolds

Tras un mes de lluvias torrenciales en los alrededores de Freetown, Sierra Leona, una especie de explosión acabó con la tranquilidad de la mañana y el suelo tembló. El monte Sugar Loaf se estaba desgajando.

El 14 de agosto de 2017, un río de lodo, árboles y rocas descendió sobre la ciudad y mató a más de 1,100 personas, entre ellos los siete miembros de la familia que había adoptado Alhaji Siraj Bah.

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El muchacho, de entonces 17 años, habría muerto con ellos, pero estaba haciendo un turno nocturno en el trabajo. Cuando trató de regresar a casa, a la mañana siguiente, su camino estaba bloqueado. Tras varias horas, le dijeron que nadie había sobrevivido en su casa.

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Bah tiene ahora 20 años; nació en una aldea remota, a unos 260 kilómetros de Freetown. Su padre murió cuando tenía 12 años y el muchacho viajó en autobús a la capital de la nación. "Viví en la calle cuatro años", cuenta a CNN. "Hacía muchos trabajitos nada más para conseguir comida… buscaba agua, lavaba ropa".

"No tenía miedo, nada más creía que un día lo lograría".

"Sería como Oprah Winfrey"

El deslave precipitó el despertar ambientalista del adolescente. Se enteró por la televisión que la catástrofe fue peor por la deforestación y el mal manejo de los residuos alrededor de la capital en rápida expansión.

Freetown perdió el 31% de su denso bosque meridional entre 2001 y 2015, según Global Forest Watch. Sin árboles, el suelo de las tierras altas en los alrededores de la ciudad se satura con las lluvias y se erosiona.

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La falta de servicios de recolección de residuos en Freetown implica que la basura suele quedarse en las calles, en las coladeras y en los cauces de los ríos. Esto obstruye el drenaje y puede causar inundaciones, erosión del suelo y propagación de enfermedades.

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"Me di cuenta de que tenía que hacer algo", cuenta Bah. "Sería como Oprah Winfrey".

El adolescente decidió invertir sus últimos 20 dólares para abordar el problema de la basura de plástico. Empezó a trabajar 16 horas al día fabricando bolsas reciclables con un 70% de hojas de plátano y a venderlas a los negocios locales, con sus logotipos laboriosamente impresos en serigrafía.

Cada año, más de ocho millones de toneladas de plástico acaban en el océano ; sin embargo, varios países africanos, como Marruecos, Ruanda y Kenia, han tomado medidas como la prohibición de las bolsas de plástico, pero otros están rezagados. "Es muy difícil porque todo lo que estoy haciendo ahora, soy el primero en hacerlo en todo mi país", dijo Bah.

"Tenemos que empezar a reciclar todo lo que usamos", agregó.

Carbón amigable con el bosque

La empresa de Bah ha producido alrededor de 250,000 bolsas y se diversificó: ahora produce también una alternativa ecológica al carbón.

La mayoría de los hogares de Sierra Leona usa carbón para cocinar y para calefacción, pero talar árboles para conseguir carbón es uno de los principales factores de la deforestación y la degradación de las tierras del país. Quemarlo también contamina el aire y puede causar enfermedades respiratorias. En todo el mundo, alrededor de 3.8 millones de personas mueren cada año a consecuencia de la exposición doméstica al humo de combustibles como el carbón, según la Organización Mundial de la Salud.

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Bah aprendió en YouTube a producir briquetas que no generan humo; dice que duran encendidas más horas que el carbón o la madera. Recoge cáscaras de coco, caña de azúcar, cascarilla de arroz y desechos de semillas de palma en las granjas y en las casas, muele el material y lo liga con almidón antes de pasarlo por una máquina extrusora.

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Bah ahora tiene 38 empleados y ha fabricado más de 120 toneladas de briquetas; dice que ha salvado a más de 15,000 árboles.

Un país que empieza desde cero

Sierra Leona es uno de los países más pobres del mundo luego de décadas de declive económico y de 11 años de guerra civil, que terminó en 2002. Más del 60% de la población subsiste con menos de 1,25 dólares al día y la esperanza de vida es, en promedio, de tan solo 48 años.

"Mi niñez fue muy dura para mí", cuenta Bah. "No quiero que otra persona pase por lo mismo, así que esa es una de las razones por la que hago esto".

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Cuenta que algunos de los niños a los que ha contratado para recoger cáscaras de coco han podido regresar a la escuela con el dinero ganado. "Nos importan las familias que empleamos, el medioambiente, la gente que nos rodea", dijo.

"Todos los jóvenes a los que he conocido quieren emprender, quieren iniciar su propia empresa, así que creo que el panorama es alentador", señaló. "Nunca eres demasiado joven para ser un soñador, nunca eres demasiado joven para lograr lo que quieres lograr".

El año pasado, ganó el premio Anzisha a los jóvenes emprendedores africanos. Recibió 20,000 dólares de un benefactor y tiene pensado comprar máquinas mejores para acelerar la producción de briquetas y expandirse a Guinea, Senegal y Liberia el año próximo.

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"Nada es imposible", dijo. "Si otros pueden lograrlo con veinte, diez, cinco dólares, entonces otros podrán hacerlo con cero dólares. Haz lo que puedas… y haz más".

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