¿Por qué Bill Clinton fue sometido a un juicio político?

El demócrata enfrentó un proceso de destitución por algo mucho más personal y morboso que Donald Trump: tuvo un romance en el Despacho Oval y luego mintió para encubrirlo.
Clinton estuvo bajo investigación casi desde el momento que asumió la presidencia, cuando designó un consejo independiente para que investigara un negocio inmobiliario que llevó a cabo mucho antes de que llegar a la Casa Blanca.

Zachary B. Wolf

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, enfrenta un juicio de destitución por usar los poderes de su cargo para dañar a un rival político. El otrora presidente, Bill Clinton, pasó por un juicio de destitución por algo mucho más personal y morboso: tuvo un romance en el Despacho Oval y luego mintió para encubrirlo.

Mientras los detalles del juicio de destitución de Trump giran alrededor del uso impropio de los dólares de los contribuyentes para presionar a un jefe de Estado extranjero , el de Clinton tuvo que ver con la vergüenza personal, la traición y la ropa sucia de un presidente y una becaria, como muchos estadounidenses de más de 40 años recordarán vivamente.

Pero aunque le siguieron un proceso de destitución a Clinton, sobrevivió al juicio en el Senado. Ningún demócrata respaldó su remoción y algunos republicanos rompieron con su partido.

Ese resultado es mucho más parecido a lo que probablemente pasará con Trump, a diferencia de la exoneración dramática de Andrew Johnson, a quien salvaron los miembros del partido opositor, o de Richard Nixon, quien cayó luego de que los legisladores de su propio partido dijeran que no lo iban a apoyar.

Las cifras

A través de la lente de la era del #MeToo, la conducta de Clinton bien pudo haber provocado un desenlace diferente. Pero en la década de 1990, dada la cantidad de demócratas que había en el Senado, la campaña contra Clinton tenía pocas probabilidades de éxito.

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Para destituir a un presidente se deben de cumplir supuestos muy estrictos. Se necesita el voto de dos terceras partes del Senado, es decir, 67 senadores cuando todos votan.

Doce senadores demócratas habrían tenido que ponerse en contra de Clinton para que corriera el peligro de que lo condenaran. A final de cuentas ninguno lo hizo porque Clinton nunca perdió el apoyo de su partido.

Una investigación sobre un negocio inmobiliario se vuelve escándalo sexual

El juicio político a Clinton se tornó escándalo morboso cuando lo atraparon mintiendo sobre su romance extramarital con una becaria en la Casa Blanca. Esto sirvió para que el país cayera en una era de hiperpartidismo que se ha amplificado con Trump.

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Aunque las mentiras de Clinton sobre su romance con Monica Lewinsky podrían ser lo más memorable del juicio político, no fue ahí donde todo comenzó. Clinton había estado bajo investigación casi desde el momento que asumió la presidencia, cuando designó un consejo independiente para que investigara un negocio inmobiliario que él y su esposa llevaron a cabo mucho antes de que llegara a la presidencia.

Desde ahí, el consejo creció y empezó a abarcar otros elementos de la presidencia de Clinton. Un panel de jueces reemplazó al primer consejo independiente de Clinton con Ken Starr en 19940 Fue Starr quien, a final de cuentas, amplió su investigación para incluir un posible romance del presidente luego de los acercamientos de Linda Tripp, una ex secretaria de la Casa Blanca que se hizo amiga de Lewinsky y que grabó sus conversaciones telefónicas.

El otro escándalo sexual de Clinton

En plena investigación de Starr, Paula Jones, una ex empleada del gobierno del estado de Arkansas , acusó a Clinton de conducta sexual impropia.

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Jones demandó a Clinton en 1994 por acoso sexual y desencadenó una batalla legal de varios años, que incluyó un fallo importante de la Suprema Corte sobre que un presidente en funciones podía ser sujeto de una demanda civil. Como parte de ese caso, le preguntaron a Clinton sobre el romance con Lewinsky en una audiencia ante un urado de acusación. Más tarde, Clinton llegó a un arreglo con Jones por 850,000 dólares, un poco menos de un mes antes del juicio político y un mes después de que Starr publicara su informe, en el que incluía once posibles causales de destitución, tales como perjurio, obstrucción a la administración de justicia, manipulación de testigos y abuso de poder.

La campaña de los republicanos en el juicio de destitución

Los republicanos resumieron esas causales en cuatro cargos para el juicio político. Dos de ellos — perjurio en comparecencias independientes a las del jurado de acusación y obstrucción al Congreso — no se aprobaron en la Cámara de Representantes. Sin embargo, acusaron formalmente a Clinton de perjurio por haberle mentido al jurado de acusación en el caso Jones, y por obstrucción a la administración de justicia.

Las indiscreciones de Clinton no fueron las únicas que se revelaron. El diputado Bob Livingston, republicano que estaba a favor de la destitución y que era candidato a ser presidente de la cámara baja, retiró abruptamente su candidatura a ese cargo y reconoció que él también había sido infiel. Lo atraparon porque Larry Flint, el editor de la revista pornográfica Hustler , llamó al público a ofrecer pruebas de su hipocresía sexual.

El juicio de Clinton en el Senado fue un espectáculo que contó con los testimonios en video de Lewinsky y la reproducción, en el pleno del Senado, de los audios de las preguntas vergonzosas que el jurado de acusación le hizo a Clinton.

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El escándalo consumió al país durante un año. La noticia del romance se filtró a la prensa en enero de 1998. Clinton habló con el jurado de acusación sobre el significado de la palabra "es" en agosto. Starr publicó su tristemente célebre informe, con todo y detalles lascivos, en septiembre. La Cámara de Representantes votó a favor del juicio de destitución en diciembre. El juicio político en el Senado se llevó a cabo en febrero de 1999.

El índice de aprobación al desempeño de Clinton siguió siendo alto, cosa que ha propiciado que se crea que los juicios de destitución pueden tener repercusiones políticas. Sin embargo, también es cierto que después de su juicio político, el vicepresidente de Clinton, Al Gore, dejó de invitarlo a los eventos de campaña. George W. Bush se postuló como candidato republicano a la presidencia con la promesa de restaurar la dignidad en el Despacho Oval. Ese argumento le sirvió para llegar a la Casa Blanca aunque no hubiera obtenido la mayoría del voto popular.