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Estos son los argumentos a favor y en contra de destituir a Trump

Este miércoles comienza una nueva fase de audiencias públicas en la investigación del juicio político contra el presidente estadounidense.
mié 13 noviembre 2019 05:35 AM

Marshall Cohen

WASHINGTON- Miles de páginas de transcripciones se apilan y los máximos pensadores de ambos partidos políticos están preparando su mejor estrategia ahora que la investigación del proceso de destitución del presidente de Estados Unidos, Donald Trump , avanza a la nueva fase de audiencias públicas, que comenzará el miércoles, 13 de noviembre.

Tras semanas de comparecencias de testigos clave , por fin ha surgido una imagen más clara de los tratos de Trump con Ucrania. En el núcleo de la investigación está la cuestión de si Trump usó las facultades de su cargo para presionar a Ucrania para que le ayudara a reelegirse anunciando que investigaría a sus oponentes políticos.

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Trump podría ser el tercer presidente de la historia de Estados Unidos en ser sujeto a un juicio de destitución. La Constitución de Estados Unidos indica que el presidente en funciones "será retirado del cargo si se le sigue juicio de destitución y se lo condena por traición, soborno u otros delitos e infracciones graves". Los demócratas y los republicanos discutirán en las próximas semanas si Trump cruzó ese umbral.

CNN habló con juristas y analistas de ambas filiaciones políticas para entender la evidencia y para reunir los puntos más sólidos a favor y en contra de destituir a Trump.

A favor de la destitución de Trump:

Trump le pidió a Ucrania que interfiriera en las elecciones

Los demócratas creen que esta sería una jugada definitiva contra Trump. El denunciante lo dijo primero y varios testigos lo han corroborado: "El presidente de Estados Unidos está usando las facultades de su cargo para pedirle a un país extranjero que interfiera en las elecciones federales de 2020".

Trump le hizo la solicitud directamente al presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski. Esto queda claro en la transcripción inicial de su llamada telefónica del 25 de julio , misma que la Casa Blanca publicó.

Luego de las cortesías obligadas, Trump dijo que Estados Unidos había sido "muy bueno con Ucrania", pero que la relación no era "recíproca". Zelenski le agradeció a Trump por brindarle asistencia militar a Ucrania y dijo que estaba casi listo para comprarle a Estados Unidos más misiles antitanque.

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Trump contestó: "Me gustaría que nos hiciera un favor", y le pidió a Zelenski que investigara una teoría conspiratoria que le ayudaría a debilitar la investigación sobre la interferencia rusa. Más adelante, Trump le pidió a Zelenski que investigara al ex vicepresidente, Joe Biden, uno de sus rivales más importantes para 2020.

Los diplomáticos que Trump designó más tarde les dijeron a las autoridades ucranianas que Zelenski tenía que anunciar públicamente que llevaría a cabo las investigaciones, cosa que se hace rara vez en una investigación penal legítima. Este es un fuerte indicio de que el plan era maximizar al daño político a la campaña de Biden a la presidencia y que el motivo no era un intento sincero de erradicar la corrupción, como Trump afirmó .

"La situación de Ucrania encapsula casi exactamente aquello para lo que se creó el proceso de destitución", dijo Michael Gerhardt, analista jurídico de CNN, quien participó como perito apartidista en el proceso de destitución que se le siguió a Clinton. "Cuando los Constituyentes hablaron de causales de destitución, mencionaron que el presidente participe de una relación corrupta con un poder extranjero".

La invitación a la Casa Blanca estuvo condicionada

El diccionario Merriam Webster define el quid pro quo como "algo que se da o se recibe a cambio de otra cosa". Varios testigos declararon que la administración Trump trató de establecer un quid pro quo con Ucrania para asegurarse de que se investigara a Biden y a los demócratas.

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"Creo que es muy probable que los demócratas puedan demostrar que los actos presidenciales en Ucrania estaban condicionados", dijo Ross Garber, analista jurídico de CNN, experto prominente en procesos de destitución. "Luego, la pregunta se transforma en si las condiciones eran lícitas o ilícitas".

Un elemento del acuerdo presuntamente ilícito incluye el condicionamiento de la invitación de Zelenski a la Casa Blanca. La prueba más clara de esto proviene de un mensaje de texto que Kurt Volker, a quien Trump escogió personalmente como enviado a Ucrania, envió al colaborador principal de Zelenski, Andréi Yermak.

Volker le envió el mensaje de texto a Yermak justo antes de que Trump llamara a Zelenski. Dijo: "Ya tuve noticias de la Casa Blanca. Asumiendo que el presidente Z convenza a Trump de que investigará/'llegará al fondo de lo ocurrido' en 2016, fijaremos la fecha para la visita a Washington. ¡Buena suerte! Nos vemos mañana".

El teniente coronel Alexander Vindman, principal experto en Ucrania del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, estuvo presente durante la llamada de Trump a Zelenski. Más tarde declaró que con base en la "vasta" diferencia de poder entre ambos líderes, la solicitud de Trump pudo haberse interpretado como "una exigencia" y que Zelenski tendría que "cumplir este prerrequisito en particular para poder conseguir la reunión".

La ayuda militar estadounidense estuvo condicionada

Además de pedir algo a cambio de la visita a la Casa Blanca, la administración Trump congeló 391 millones de dólares en ayuda militar y en asistencia de seguridad a Ucrania, que sigue en guerra con Rusia y con las milicias respaldadas por el Kremlin. Semanas después, Gordon Sondland, embajador de Estados Unidos ante la Unión Europea, le dijo a Yermak que el dinero probablemente no se liberaría hasta que Zelenski anunciara la investigación.

Otros testigos también dijeron que la ayuda militar estaba relacionada al anuncio de Zelenski. Entre ellos están Vindman y Tim Morrison, dos funcionarios del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca que estuvieron presentes durante la llamada de Trump a Zelenski. También se incluye al embajador Bill Taylor, el máximo diplomático en Ucrania, quien declaró que "todo" lo que Ucrania quería dependía de las investigaciones.

George Kent, alto funcionario del Departamento de Estado que supervisa la política en Ucrania, declaró que el apoyo de las fuerzas armadas estadounidenses a Ucrania era "de importancia crítica", pero que "los intereses partidistas" se interponían en el camino de la política estadounidense.

"Ese es el argumento más convincente sobre por qué la ayuda a Ucrania nos convenía por seguridad nacional", dijo Joe Lockhart, colaborador de CNN y secretario de Prensa de Bill Clinton durante su proceso de destitución.

"Rusia está en guerra con Ucrania, nuestro aliado. Sin embargo, el presidente Trump puso sus propios intereses políticos por encima de nuestros intereses de seguridad nacional. Por eso es que se configura la causal de destitución".

En una conferencia de prensa, en octubre, el jefe interino de despacho de la Casa Blanca, Mick Mulvaney, reconoció descaradamente que la asistencia militar estadounidense se retendría hasta que Ucrania investigara las teorías de conspiración sobre la interferencia de Rusia en las elecciones de 2016 y el hackeo a los servidores del Comité Nacional Demócrata. Mulvaney se retractó rápidamente de algunos de sus comentarios, pero el daño estaba hecho.

Algunos legisladores demócratas subieron la apuesta y dijeron que el quid pro quo equivale a "soborno", distinción clave porque el soborno está en la lista de causales de destitución de la Constitución. Todavía no está claro si los demócratas acusarán de eso a Trump en sus causales de destitución. Algunos estrategas han señalado que podría ser una estrategia efectiva.

"Tienen que tener cuidado de hacerlo simple", dijo Paul Begala, colaborador de CNN y uno de los principales asesores de Clinton en su proceso de destitución. "Donald Trump sabe que las consignas sencillas y claras, repetidas incansablemente, pueden tener un efecto. Los demócratas deberían llamarlo como lo que es: soborno".

Las instrucciones que Trump le dio a Giuliani socavan la política estadounidense

Trump despachó a su abogado personal, Rudy Giuliani, para que se encargara de asegurar que Ucrania investigara. Mientras Giuliani hacía lo que tenía que hacer para lograrlo, se saltó los canales del Departamento de Estado y socavó la política estadounidense respecto a Ucrania, según declararon varios testigos a los legisladores.

Taylor, el responsable de promover los intereses de Estados Unidos en Ucrania, lo dijo explícitamente: "Los esfuerzos irregulares encabezados por el Sr. Giuliani socavaron la política exterior oficial de Estados Unidos".

En su declaración a puerta cerrada, Sondland reveló que Trump les "ordenó" a él, a Volker y a Rick Perry, secretario de Energía, que se coordinaran con Giuliani respecto a Ucrania y a temas relativos a la corrupción.

Las cosas se fueron a pique cuando Sondland y los otros hicieron equipo con Giuliani. Fiona Hill, ex asesora de la presidencia, declaró que a ella y a otros personajes les alarmó la diplomacia paralela de Giuliani y que comunicó sus inquietudes a los abogados de la Casa Blanca. Kent también declaró que la política exterior paralela de Giuliani era "incorrecta". Hasta Sondland dijo que estaba "decepcionado" de la intervención de Giuliani.

"La instrucción de Trump era clara: trabajar con Giuliani porque él lo representa en esta cuestión", dijo Michael Zeldin, analista jurídico de CNN. "Giuliani lo ha confirmado en sus tuits, que trabajaba en nombre del presidente. Giuliani estaba trabajando con autorización de Trump".

Los demócratas podrían redactar una lista de causales de destitución en la que acusen a Trump de abusar de su poder, de manipular al Departamento de Estado para obtener beneficios políticos y de hacer que Giuliani le hiciera el trabajo sucio. El ex alcalde de Nueva York ha sostenido que todo lo que hizo lo hizo para defender a su cliente y que proteger a Trump de "acusaciones falsas" es, en realidad, "lo que más le conviene al país".

Trump destituyó improcedentemente a Yovanovitch

Como parte de su diplomacia paralela, Giuliani también presionó para que retiraran de su cargo a Marie Yovanovitch, diplomática de carrera que fue embajadora de Estados Unidos en Ucrania desde 2016 hasta mayo de este año.

Yovanovitch declaró que luego de que le indicaran que se fuera de Ucrania, John Sullivan, subsecretario de Estado, le informó que "no había hecho nada malo" y que el Departamento de Estado "había estado bajo presión del presidente para retirarme del cargo" desde mediados de 2018.

Kent, otro funcionario del Departamento de Estado, declaró que Giuliani emprendió "una campaña de mentiras" para derrocar a Yovanovitch, que incluía acusaciones de que era una militante del "estado profundo" que se interponía entre Trump y lo que quería obtener de Ucrania. Giuliani preparó un expediente con estas acusaciones y lo envió a la Casa Blanca, que a su vez lo hizo llegar al secretario de Estado, Mike Pompeo.

"Uno de los elementos de una conducta causal de destitución es que tienes que actuar de mala fe", dijo Gerhardt, el experto en procesos de destitución. "Hacer a un lado a los diplomáticos estadounidenses y dirigir tu propia política exterior paralela es lo mismo que hacer a un lado la Constitución de Estados Unidos. Dice mucho que el Departamento de Estado no estuviera listo para ayudarle a Trump a hacer lo que quería. Se pone de relieve la mala fe".

En la llamada a Zelenski, Trump insinuó que Yovanovitch "pasaría por algunas cosas". Ella declaró que se sintió amenazada por esto. Los demócratas podrían argumentar que este episodio fue un acto de represalia política de parte de Trump, basado en argumentos engañosos, en contra de una servidora pública respetada.

La administración Trump obstruyó la investigación

Al principio del proceso, la Casa Blanca declaró que la investigación del proceso de destitución era "anticonstitucional" y le ordenó a su personal que no cooperara entregando documentos o rindiendo declaraciones ante los investigadores de la Cámara de Representantes.

Al menos 10 altos funcionarios de la administración Trump han ignorado órdenes, entre ellos Mulvaney, Perry y Pompeo. El Departamento de Estado y la Dirección de Administración y Presupuesto desobedecieron las órdenes de presentación de documentos que podrían arrojar luz sobre los tratos de Trump con Ucrania.

"Creo que la Cámara de Representantes está actuando según sus facultades en el proceso de destitución y tiene el derecho legal de obtener este testimonio", dijo Zeldin. "Me parece que el que los testigos de la presidencia se nieguen a obedecer estas órdenes es obstruccionista. No hay bases fundadas para negarse a obedecer al Congreso".

Cuando Richard Nixon ignoró las órdenes del Congreso en 1974, la Comisión de Justicia de la cámara baja aprobó que se incluyera el desacato al Congreso en los artículos de destitución en su contra. El diputado Adam Schiff, uno de los demócratas de mayor rango en la investigación que se le sigue a Trump, ha invocado repetidamente el precedente de Nixon y ha señalado que un juez federal falló que la investigación de la cámara en el proceso de destitución es conforme a derecho.

Si los demócratas quieren ampliar sus argumentos sobre la obstrucción de Trump, tienen varias opciones.

La Casa Blanca reconoció que recurrió a un sistema de archivo altamente reservado para suprimir las transcripciones de la llamada de Trump a Zelenski , cosa que los demócratas podrían encuadrar como un encubrimiento. Además, Vindman declaró que la Casa Blanca le impidió agregar contexto a la transcripción, específicamente en referencia a "Burisma", la empresa en la que el hijo de Biden participa como miembro del consejo de administración.

Argumentos en contra de la destitución de Trump:

El procedimiento de la investigación tiene errores fatales

Tanto Trump como los republicanos del Congreso se han quejado del procedimiento desde el principio y lo más probable es que sigan manifestando estas inquietudes procedimentales hasta el amargo final. El domingo, 10 de noviembre, Trump tuiteó que estaban pisoteando su derecho al "debido proceso".

Entre las inquietudes más relevantes está el hecho de que los abogados de Trump no tienen garantizada la participación en las declaraciones privadas ni en las audiencias públicas, lo que significa que su equipo de abogados no puede interrogar a los testigos. A los republicanos también les molesta no tener poder unilateral para emitir órdenes de presentación.

"Van a decir que el procedimiento no estaba diseñado para llegar a la verdad", dijo Garber, quien señaló que los abogados de Clinton tuvieron derecho a participar en las actuaciones de su procedimiento de destitución.

Los diputados republicanos acaban de designar a Jim Jordan, diputado por Ohio, a la Comisión de Inteligencia de la cámara, misma que se encargará de las primeras audiencias públicas del procedimiento de destitución. Jordan ha estado argumentando que la investigación ha sido "completamente injusta" y ha privado a Trump de su derecho al debido proceso.

Esto podría servirle a Trump, quien en alguna ocasión afirmó que el Artículo II de la Constitución, en el que se enlistan las facultades del presidente, "me permite hacer lo que quiera". Sus abogados podrían argumentar que él es la única persona que determina la política exterior estadounidense, no sus subordinados en el Departamento de Estado.

"Vas a perseguir a un presidente por abuso de autoridad en un ámbito en el que es casi imposible abusar de las facultades porque tiene facultades casi absolutas en ese ámbito", dijo el ex senador Rick Santorum, colaborador de CNN y uno de los republicanos que negociaron las reglas para el juicio de destitución de Clinton en el Senado. "Sencillamente, lo están llevando demasiado lejos".

El quid de la investigación gira alrededor de los tratos diplomáticos de Trump, no de un escándalo estilo Watergate en el que era claro que alguien violó la ley o mintió bajo juramento como Clinton. Los abogados de Trump podrían argumentar en su juicio en el Senado que aunque a los demócratas no les guste lo que Trump hizo en Ucrania, sigue siendo el presidente y puede manejar la diplomacia como mejor le parezca.

Se sabe poco sobre las intenciones de Trump

Para demostrar que Trump es culpable, los demócratas tendrán que demostrar que sus intenciones eran corruptas cuando les indicó a sus diplomáticos que trabajaran con Giuliani y cuando le pidió a Zelenski el "favor".

Nadie ha declarado que Trump les dijo explícitamente que estaba buscando el quid pro quo porque quería debilitar a la campaña de Biden o mejorar sus probabilidades de reelegirse. Los defensores de Trump han dicho que los testigos que confirmaron el quid pro quo estaban dando sus "opiniones" o haciendo "suposiciones". Dos de esos testigos —Taylor y Vindman— nunca hablaron con Trump.

"No sé qué estaba pensando el presidente", dijo Taylor en su declaración a puerta cerrada.

Una posibilidad es que Trump crea genuinamente en las teorías desacreditadas que él y Giuliani han estado promoviendo. Eso significa que Trump actuaba de buena fe cuando le pidió a Zelenski que revisara si Ucrania había inculpado a los hackers rusos aunque el gobierno estadounidense cree firmemente que las fuerzas armadas rusas fueron las responsables. El Departamento de Justicia está revisando en dónde se originó la investigación sobre Rusia y Mulvaney dijo que Trump sencillamente quería que Zelenski "cooperara" con esa revisión.

"Era evidente que [Trump] estaba irritado por las elecciones de 2016" y había "oído historias desde hacía mucho" sobre la presunta interferencia de Ucrania para ayudar a la candidata demócrata, Hillary Clinton, de acuerdo con el ex diputado Bill McCollum, uno de los directores republicanos del proceso de destitución a Bill Clinton en 1999.

"Trump es muy brillante pero no lee mucho; además, se cree muchas teorías de la conspiración", dijo McCollum. "Algunas de esas teorías podrían ser acertadas y él quiere saber qué pasó en realidad en 2016. No estoy seguro de que haya algo de malo en eso. ¿Es lo que le conviene al país o es puramente político? He ahí la cuestión. A los demócratas les costará separar esas dos cosas".

En el aire flota otro argumento potencial: que Trump era demasiado incompetente para llevar a cabo el intercambio con Ucrania. Lindsey Graham, senador republicano por Carolina del Sur, abrió la puerta a este argumento a principios de noviembre, cuando dijo que la política de Trump respecto a Ucrania era "incoherente" y que por lo tanto, la administración Trump era "incapaz de formar un quid pro quo".

Ucrania recibió la ayuda militar a final de cuentas

Los republicanos tendrán la protección política que necesitan para votar en contra de la destitución de Trump o para exonerarlo en el Senado porque pueden decir que Ucrania recibió el dinero a final de cuentas y Trump no recibió nada.

El 11 de septiembre, la Casa Blanca liberó el paquete de asistencia por 391 millones de dólares que el Congreso asignó, luego de que la prensa diera a conocer que se estaba reteniendo inexplicablemente y se filtrara la denuncia del informante .

Zelenski nunca cedió a las exigencias de Trump, aunque con base en el resumen de la llamada y en los reportes noticiosos, ahora parece que estaba dispuesto a hacerlo a regañadientes.

Los aliados de Trump dicen que Zelenski no sabía que la ayuda estaba congelada durante la llamada del 25 de julio. No se sabe el momento exacto: algunos reportes noticiosos indican que Ucrania se enteró de que la ayuda estaba congelada a principios de agosto, pero los mensajes de texto de Volker y las declaraciones de Taylor indican que Ucrania se enteró a través de un artículo de Politico, el 28 de agosto.

"La gente que supuestamente estaba haciendo el quid pro quo se enteró meses después", dijo Santorum. "¿Entonces cómo tienes un quid pro quo cuando nadie sabe que lo hay?".

Si los defensores de Trump quieren debilitar algunas de las acusaciones sobre el quid pro quo, pueden buscar a Kent, el máximo funcionario del Departamento de Estado en políticas sobre Ucrania, quien les dijo a los legisladores que él vio un quid pro quo —el condicionamiento de la invitación a la Casa Blanca a que Zelenski investigara a los Biden—, pero que "no estaba relacionado con la ayuda en seguridad", cosa que sería mucho más grave.

Hay que dejar en claro que los demócratas pueden seguirle un proceso de destitución a Trump nada más por intentar el quid pro quo, si consiguen los votos. Pero es seguro que los republicanos replicarán que pese a todas las bravatas y el escándalo, este asunto provocó una breve demora de dos meses que no afectó a la seguridad nacional de Estados Unidos.

Zachary Cohen, Clare Foran y Michael Warren, de CNN, contribuyeron con este reportaje.

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