Los enfoques contrapuestos indican que el procedimiento de destitución es un proceso político que se vuelve una batalla para el corazón y la mente del pueblo estadounidense.
Los republicanos tienen la esperanza de pintar el proceso como partidista e infundado, un intento escandaloso de echar por tierra los resultados de unas elecciones democráticas. A partir del jueves también tuvieron una nueva causa para unirse porque se dio a conocer que la investigación que el secretario de Justicia, William Barr, emprendió sobre la información y los orígenes de la investigación del FBI sobre la campaña de Trump en las elecciones de 2016 ahora es una investigación penal.
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Los demócratas quieren demostrar que Trump abusa de su poder tan descaradamente que deberían destituirlo y el objetivo final es convencer a los electores de que no es apto para un segundo mandato.
Como cualquier campaña, esto exige una estrategia, objetivos claros y el compromiso de todos los miembros del equipo para transmitir un mensaje claro y evitar distracciones que podrían resultar políticamente contraproducentes.
Graham, quien fue uno de los senadores que se reunieron con Trump en la Casa Blanca, el jueves, señaló que le dijeron a Trump que "siga gobernando al país".
Además, añadió que los funcionarios de la presidencia reconocen que necesitan ayuda con la estrategia para el procedimiento de destitución. "Me reuní con Mick Mulvaney. Dijo: 'Sigan hablando con nosotros. Estamos lográndolo'. Sí, el mensaje se recibió y están tomando medidas correctivas".
Pero una cosa es escribir un guion nuevo y otra muy diferente es que Trump lo siga, cosa que nadie ha logrado todavía.
Manu Raju, Lauren Fox, Jeremy Herb, Evan Perez y Phil Mattingly, de CNN, contribuyeron con este reportaje.