También, cientos de ejecutivos de alto nivel y personalidades políticas como la COO de Facebook, Sheryl Sandberg; la canciller de Alemania, Angela Merkel, y el CEO de Salesforce, Marc Benioff, andarán rondando los pasillos y asistirán a cenas exclusivas.
La lista de asistentes suele reflejar el ánimo político y empresarial en el mundo.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, asistió en 2018, pero faltó el año pasado por el cierre de la administración . El brexit, las protestas en Francia y la desaceleración de la economía china también tuvieron que ver en la escasez de líderes mundiales en 2019. Se dice que Boris Johnson, primer ministro de Reino Unido, les instruyó a sus funcionarios que evitaran la cumbre este año porque el brexit está programado para el 31 de enero, aunque el ministro de Finanzas, Sajid Javid, sí asistirá.
Los críticos
La conferencia tiene críticos acérrimos; muchos de ellos argumentan que la congregación de las élites no ha servido de mucho para mejorar al mundo. Hay otros a quienes les molesta su huella ambiental.
Muchos asistentes van de evento en evento en autos de lujo que provocan embotellamientos en este pueblito. El FEM señaló que para reducir el impacto ambiental, ahora el 88% de su flota consiste en vehículos híbridos o eléctricos.
Además hay que contar los cientos de viajes en aviones privados .
El FEM estima que el año pasado hubo hasta 309 viajes en aviones privados a los aeropuertos cercanos con motivo de la conferencia. Esto sin contar los viajes de presidentes y primeros ministros, quienes usualmente aterrizan en una base militar cercana.
La conferencia también presume su compromiso de comprar bonos de carbono para compensar los viajes en avión, el rediseño del centro de conferencias y el menú lleno de alimentos de origen local. En 2020, el compromiso es "ser más sostenibles que nunca".