Amnistía sostiene que el descontento fue alimentado porque la región continúa siendo la más desigual del mundo, así como la más violentas. De acuerdo con datos de la Comisión Económica par América Latina y el Caribe (Cepal), la pobreza aumentó un 31% y la desigualdad solo disminuyó a un ritmo poco apreciable.
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De acuerdo con el documento de AI, al menos 210 personas fallecieron en el contexto de protestas: 83 en Haití, 47 en Venezuela, 35 en Bolivia, 31 en Chile, ocho en Ecuador y seis en Honduras.
La organización destaca que la represión en Venezuela fue especialmente severa, con las fuerzas de seguridad del gobierno de Nicolás Maduro cometiendo "crímenes de derecho internacional y graves violaciones de derechos humanos, incluidas ejecuciones extrajudiciales, detenciones arbitrarias y uso excesivo de la fuerza".
En Haití, solo en febrero de 2019, 41 personas murieron y 100 resultaron heridas. La ONU sostiene que entre mediados de septiembre y finales de octubre, en una nueva oleada de reclamor, otras 42 personas perdieron la vida de manera violenta, al menos 19 presuntamente a manos de las fuerzas de seguridad.
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En Chile, detalla que el ejército y la policía hirieron deliberadamente a manifestantes, mataron al menos a cuatro personas e hirieron de gravedad a miles más. Según el informe, más de 350 personas heridas presentaron lesiones graves en los ojos.