No ganó ni una sola de la veintena de primarias demócratas hasta la fecha, y sufrió derrotas particularmente humillantes en Massachusetts, el estado que representa en el Senado, y en Oklahoma, donde se crió.
Warren centró su campaña en luchar contra la influencia del dinero en la política, argumentando que en cada tema importante (control de armas, cambio climático, atención médica) el poder de los cabilderos corporativos y multimillonarios obstaculizaría cualquier oportunidad de lograr un cambio significativo.
"La buena noticia es que tengo el plan anticorrupción más amplio desde Watergate", le gustaba decir en la campaña electoral.
"La mala noticia es que necesitamos el plan anticorrupción más radical desde Watergate".
Su salida deja sólo una mujer en la carrera demócrata: la congresista de Hawái Tulsi Gabbard, de 38 años, última por lejos en los sondeos y sin probabilidad de despuntar.
"La parte más difícil de esto son todas esas niñas que van a tener que esperar cuatro años más", dijo Warren a los periodistas.
Además de Klobuchar, senadora de Minnesota, otras prominentes candidatas quedaron por el camino, como Kamala Harris de California y Kirsten Gillibrand de Nueva York.
¿Ser mujer pesa negativamente en las urnas?
Warren fue enfática sobre el tema: "Si dices, 'Sí, hubo sexismo en esta carrera', todos dicen 'Quejosa'", afirmó. "Y si dices, 'No, no hubo sexismo', un billón de mujeres piensan, '¿En qué planeta vive?'"
"Les prometo que tendré mucho más que decir sobre ese tema", dijo.
Con información de AFP y Reuters