La histórica e inédita decisión, tomada ante el vertiginoso ascenso de los contagios en Italia —que el lunes subieron a 10,149 con 631 decesos— genera sentimientos encontrados entre la población, desde pánico y consternación pasando por la avidez, la indiferencia, pero también por la solidaridad y una suerte de optimismo.
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"No estamos preparados para un evento de estas proporciones. Esto es peor que una guerra. Es algo mundial y el enemigo es invisible. Es como si hubieran llegado los extraterrestres porque para una gripe en el invierno ya tenemos la vacuna", confiesa a la AFP Raffaelle Scaramella, un empleado del Instituto Superior de Salud mientras se dirige a su casa tras hacer unas compras.
Después de que el jefe de gobierno Giussepe Conte anunciara la noche del lunes que el país entero quedaba en situación de aislamiento, como ya lo estaban Lombardía y otras 14 provincias del norte, los supermercados que abren las 24 horas al día fueron prácticamente asaltados.
"La salsa de tomate, el atún y el papel higiénico son los productos más vendidos además del gel desinfectante", comentó Michele, mientras colocaba en las estanterías vacías del supermercado paquetes de pasta.
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El temor a la escasez de alimentos, a una suerte de estado de sitio contra el enemigo invisible, el Covid-19, obligó al gobierno a divulgar una nota este lunes que explica que los supermercados permanecerán abiertos y serán abastecidos "regularmente".