¿Cómo se expandió el coronavirus por Europa? Lo explicamos en 10 puntos

Actualmente el epicentro de la pandemia es Europa, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Y es que el continente europeo tiene cerca de 80,000 de los más de 200,000 casos de coronavirus registrados en todo el globo.

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Primero el foco fue China, luego recorrió Europa y ahora el coronavirus ha comenzado a extenderse por América Latina, así que hagamos un breve repaso para ver cómo se expandió por el viejo continente y entender a qué se enfrenta México y la región.

¿Cuándo fue el primer caso de coronavirus en Europa?

El primer caso en Europa se registró en Francia el 24 de enero. Francia cuenta con 7,730 contagiados, aproximadamente unos 154 nuevos casos diarios en los 54 días que han transcurrido desde entonces. Y un total de 175 personas han fallecido por coronavirus en ese país durante ese periodo.

¿Cuál es el país europeo con más infectados por Covid-19?

Italia con 31,506 personas contagiadas. Es, de hecho, el segundo país con más infectados del mundo después de China. El gobierno confirmó sus dos primeros pacientes el 30 de enero. Hay unas 3,000 personas en Italia que han muerto a causa de la enfermedad, por el momento.

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¿Cómo reaccionaron inicialmente los países europeos?

Con cierta indiferencia, a pesar de que China ya había puesto en cuarentena a las más de 50 millones de personas que habitan la provincia de Hubei, zona cero del brote.

A inicios de febrero, cuando el Covid-19 llegó a Europa, China contaba con 18,000 casos y 360 muertes. Pero en Francia, Italia, España y Alemania la vida continuó con normalidad hasta que a mediados de marzo el número de afectados por coronavirus se disparó exponencialmente.

¿Qué medidas de emergencia han tomado?

Varias naciones europeas han decretado estados de alarma o de emergencia (según cada constitución) para aprobar una serie de medidas que limitan la movilidad de sus ciudadanos en un intento de frenar la propagación del Covid-19. Estas medidas se adoptaron a mediados de marzo.

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En Francia o en España, por ejemplo, sólo se puede salir de casa para ir a comprar comida, acudir al médico o por causas justificadas de fuerza mayor, como si tienes un familiar enfermo. Muchos negocios se han visto obligados a tener que cerrar por orden de los gobiernos.

¿Funcionan estás medidas de urgencia?

Sí, pueden funcionar.

Corea del Sur logró reducir la aparición de nuevos casos gracias a una estrategia que incluye obligar a la gente a estar en casa. Así, las autoridades coreanas el 16 de marzo sólo registraron 74 nuevos infectados, un éxito comparado con los 909 nuevos casos que se dieron durante el 29 de febrero.

Como resultado de su masiva cuarentena, China reportó sólo 40 nuevos casos el 8 de marzo cuando había llegado a confirmar 4,000 por día en febrero.

Las medidas funcionan, pero es necesario que la población se comprometa a respetar esta situación excepcional y que los gobiernos sancionen a aquellos individuos que incumplan las normas.

¿Fueron los europeos rápidos a la hora de adoptarlas?

No, no lo fueron a pesar de que China ya entonces vivía una sensación de alarma.

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España decretó el 'estado de alarma' el sábado 14 de marzo, un mes y medio después de que el 1 de febrero se había confirmado el primer contagio. Para entonces, España ya tenía 5,700 contagiados y 190 muertes por coronavirus.

En Francia, el presidente Emmanuel Macron no aprobó medidas restrictivas hasta el 13 de marzo, cuando el primer caso fue confirmado el 24 de enero.

¿Qué impacto ha tenido en la economía?

Es un golpe fuerte. El consumo es el motor de la economía global y si todo el mundo se queda en casa, la máquina se queda sin gasolina. El motor ha parado en seco.

Sí, la gente compra alimentos en el supermercado. Pero no viaja, acude a bares, compra ropa, duerme en hoteles, o cena en restaurantes. Y mucho menos alguien va a realizar una inversión importante como pueda ser comprar un coche o adquirir una nueva vivienda.

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Esta situación de incertidumbre contrae la demanda y provoca graves impactos económicos. Hay trabajadores que serán despedidos, negocios que cerrarán y el gobierno recaudará menos impuestos.

Algunas de las medidas que están aprobando para ayudar a los ciudadanos es otorgar moratorias en el pago de impuestos a aquellas empresas que se vean afectadas. Los bancos centrales también están reduciendo las tasas de interés para que contratar un crédito sea más barato.

¿El coronavirus es muy contagioso?

Por el momento parece que se transmite con bastante facilidad. La OMS estima que cada persona infectada contagia entre 1.4 y 2.5 personas. Sin embargo, estos cálculos todavía son provisionales.

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El reto que presenta este nivel de contagio es que el crecimiento es exponencial. Es como si hay varias canicas apiladas en el suelo y tiramos otra que las golpee. Esa bolita con el coronavirus golpea a dos o tres, que después dan a otras dos o tres, y así se va expandiendo la enfermedad.

España ha registrado un 22% nuevos casos en un solo día, entre el 16 y el 17 de marzo, por ver un ejemplo de cómo funciona este crecimiento.

¿Es una enfermedad mortal?

No, no lo es. Hay 204,831 casos y 8,272 fallecidos al 18 de marzo. Esto es una tasa de mortalidad del 4%.

Pero eso no quiere decir que haya que minimizar su impacto.

Muchos fallecidos por el coronavirus sufrían enfermedades previas o eran adultos mayores, quienes merecen tanta protección como las personas jóvenes o con buen estado de salud. De hecho, también hay jóvenes que se han visto gravemente afectados por el Covid-19.

¿Qué otros peligros sanitarios conlleva el peligro del virus?

Además de ser una amenaza sobre todo para los más vulnerables (enfermos y adultos mayores), el riesgo que conlleva el coronavirus es la capacidad para saturar el sistema de salud.

Se contagia tan rápido que puede provocar que camas de hospitales sean destinadas para contagiados con coronavirus en vez de ser para otros pacientes que necesitan una atención más inmediata.

Y, segundo, su rápida expansión provoca un efecto de pánico en las masas que se lanzan a hacer acopio de productos de primera necesidad, como puede ser papel higiénico que escasea en algunos supermercados europeos.