La pandemia del nuevo coronavirus, declarada oficialmente el 11 de marzo pasado, vino a transformar todos los sectores económicos. Sin embargo, ha afectado a unos más que otros. El turismo es, sin duda, una de las grandes víctimas de esta crisis.
La Organización Mundial del Turismo (OMT), la oficina de Naciones Unidas especializada en el sector, informó este martes que el 100% de los destinos del mundo han restringido los viajes como una medida de contención del COVID-19.
El 83% de estas restricciones se han implementado desde hace cuatro semanas o más, y hasta el 20 de abril ningún destino las había levantado. Por ejemplo, entre las primeras medidas que tomó el gobierno de Donald Trump para intentar frenar la propagación de la enfermedad en Estados Unidos, fue prohibir la llegada de vuelos provenentes de China, primero, y después, de Europa.
"El turismo ha demostrado su compromiso de anteponer a las personas. Nuestro sector también puede liderar el camino para impulsar la recuperación", dijo el secretario general de la OMT, Zurab Pololikashvili, de acuerdo con un comunicado.
Esta crisis en el turismo pone en riesgo millones de puestos de trabajo y de medios de sustento, a la vez que hace tambalearse los progresos alcanzados en los últimos años en términos de desarrollo sostenible e igualdad, añadió Pololikashvili.
Al igual que el turismo ha sido más golpeado que otros sectores, también los grupos vulnerables del sector serán más afectados que otros.
La OMT ha abogado porque se lleve a cabo una recuperación sustentable de la actividad económica. Esta sustentabilidad "solo será posible si todos los grupos vulnerables están plenamente incluidos en los nuevos programas", por lo que la organización hizo recomendaciones específicas para que las mujeres, las personas con dispacidad y las comunidades indígenas.
La mayoría de los empleos en el sector turismo son ocupados por mujeres, un 56%, sin embargo, muchos de estos son los trabajos informales o de baja cualificación, por lo que las mujeres serán las primeras en sufrir los efectos negativos de la crisis del turismo.
"La recuperación del sector ofrece una oportunidad de oro para que el turismo aproveche los grandes avances que ha logrado en el empoderamiento de las mujeres reduciendo las barreras de acceso", indicó la OMT en un documento.
De manera inmediata, se debe brindar apoyos a las mujeres que laboran en la economía informal. Los estímulos y los programas de ayuda deben garantizar que las personas con empleos informales tengan acceso a las medidas de ayuda para evitar que la fuerza laboral femenina se vea aún más desfavorecida.
También será importante que haya mujeres en los órganos que decidan el rumbo del sector.
Durante la recuperación, se deberán incluir políticas contra la violencia sexual, ofrecer condiciones flexibles de trabajo, así como impulsar los emprendiemientos y la carrera profesional de las mujeres.
"Los gobiernos deberían reducir las barreras legales e incrementar el acceso a financiación para fomentar el emprendimiento entre las mujeres. Entretanto, debería haber más mujeres en las empresas dedicadas a formular y poner en práctica unos programas de recuperación que ofrezcan oportunidades de carrera profesional cuando la recuperación empiece a tomar ritmo", señala el documento.
La OMT señala que las personas con discapacidad y los ancianos sueles quedar fuera de la comunicación sobre salud pública y sobre viajes, de la toma de decisiones y de la información sobre la accesibilidad de los servicios básicos.
De manera inmediata, las personas con discapacidad que se encontraran en algún destino turístico, deberán acceder a una repatriación inmediata y un hospedaje accesible de cortesía.
"Los destinos deberían involucrar a las organizaciones de personas con discapacidad para que contribuyeran a las medidas inmediatas. Dichas organizaciones actúan como mediadoras y permiten comprender cuáles son las necesidades específicas, y también cuáles son las barreras existentes y cómo pueden superarse", de acuerdo con la OMT.
En la recuperación del sector se deberán impulsar políticas de "turismo para todos", pues las personas con discapacidad y las personas mayores representan una gran oportunidad de mercado, especialmente fuera de temporada alta. Los destinos pueden aprovechar este potencial y convertir la accesibilidad en una realidad. También tendrán que ofrecer una mejor atención al cliente, brindado preparación a sus trabajadores para poder atender a personas con discapacidad.
La OMT también sugiere adaptar adecuadamente los puestos de trabajo y la búsqueda del encaje de las competencias profesionales de cada persona para permitir que todo el mundo tenga acceso al mercado laboral en el sector turismo. Hacer uso de tecnología innovadora y adaptarse a las normas internacionales, son otras sugerencias que los destinos deben tomar en cuenta.
Las comunidades indígenas son un actor clave del sector turismo gracias a sus expresiones culturales que se convierten en algunos de los principales. "Puesto que la pandemia incide con fuerza en el sector turístico, estas comunidades indígenas desfavorecidas serán las primeras en sentir los efectos y las que más los sufrirán".
El proceso de recuperación deberá contar con el consentimiento libre, previo e informado de los pueblos indígenas en todas las decisiones que afecten a sus vidas y a sus medios de sustento.
"En esta reconstrucción, la inclusividad de los sistemas de gestión debería convertirse en la norma en el turismo", sostuvo la OMT.
La organización sugiere trabajar por la diversificación de las retribuciones económicas, sociales y culturales.
