La capital china había vuelto a una cierta normalidad tras dos meses sin contagios. Pero un repunte epidémico la semana pasada obligó a las autoridades a imponer el confinamiento en varios barrios y a efectuar test de diagnóstico a miles de habitantes.
Desde que comenzó el brote, Beijing acumula 183 positivos, de los cuales dos están críticos y 11 en estado grave, afirmaron este viernes las autoridades municipales.
Además, quedan aún 293 casos activos en China y 5,856 personas todavía están ahora en observación, las cuales deben pasar un periodo de aislamiento de 14 días, según las cifras oficiales.
Mientras, continúan las pruebas de coronavirus para empleados de restaurantes, universidades y mercados, así como las restricciones para salir de la ciudad.
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No pueden abandonarla los residentes en zonas declaradas de riesgo, y se aconseja que nadie lo haga sin un motivo de peso.
Y quien quiera marcharse debe certificar primero un buen estado de salud y presentar una prueba negativa de coronavirus realizada en los siete días previos a la partida.
¿Un virus europeo?
Se sospecha que el origen de las nuevas infecciones podría ser el mercado mayorista de Xinfadi, en el sur de la ciudad. El virus fue detectado en las planchas para cortar salmón importado.
El mercado, que ahora está cerrado, abastece alrededor del 70% de las verduras, 10% de la carne de cerdo y 3% de la carne de ternera y cordero que se consumen en la capital.