"Hay una serie de ensayos clínicos en todo el mundo que analizan el plasma convaleciente en comparación con el estándar", dijo Soumya Swaminathan, científico jefe de la OMS.
"Solo algunos de estos han informado resultados provisionales (...) y por el momento, todavía hay evidencia de muy baja calidad", agregó en una conferencia de prensa.
El llamado "plasma convaleciente", que se ha utilizado durante mucho tiempo para tratar enfermedades, se ha convertido en el último punto de atención política en la carrera por encontrar terapias para el COVID-19.
La evidencia es contradictoria: un estudio chino mostró que el plasma de personas que se recuperaron del coronavirus no logró marcar una diferencia en los pacientes hospitalizados, mientras que otro análisis conjunto mostró que puede reducir el riesgo de muerte.
Un desafío, agregó Swaminathan, es la variabilidad del plasma, ya que se extrae de muchas personas diferentes, lo que genera un producto que está menos estandarizado que los anticuerpos monoclonales elaborados en el laboratorio.
Bruce Aylward, alto asesor de la Organización Mundial de la Salud, agregó que más allá de la eficacia del plasma, también existen riesgos potenciales de seguridad que deben ser examinados.
"Hay una serie de efectos secundarios", dijo Aylward, que van desde fiebre leve hasta lesiones pulmonares graves o sobrecarga circulatoria. "Por esa razón, los resultados de los ensayos clínicos son extremadamente importantes".
Con información de AFP y EFE