"Durante ocho años he podido manejar bien mi enfermedad, y he sido capaz de dedicarme por entero a mis obligaciones como primer ministro", agregó, pero ahora añadió que había decidido que ese mismo mal le obligaba a abandonar el poder.
Sin embargo, los analistas vaticinaban que Abe permanecería en el cargo hasta el final de su tercer y último mandato como presidente del PLD previsto en septiembre de 2021.
"Está claro" que la salud de Abe "no es buena", declaró a la AFP Mikitaka Masuyama, profesor del Colegio Doctoral en Investigación Política de Tokio.
"Pero creo que permanecerá en el puesto mientras maneja la enfermedad", dijo.
"Es una gran sorpresa", declaró por su parte Shinichi Nishikawa, profesor de Ciencias Políticas en la Universidad de Meiji de Tokio.
"Su dimisión ocurre en un momento en que Japón se enfrenta a retos importantes", como la gestión de la pandemia de coronavirus, dijo a la AFP.
"Podría haber una situación política confusa. Su dimisión tendrá un gran impacto" en la política japonesa, pronosticó este experto.
El índice de la Bolsa de Tokio Nikkei perdió 1.4% tras las noticias de la prensa, luego de llegar a caer brevemente 2.6%, y el yen se apreció sensiblemente ante el dólar.
La última visita al hospital, el pasado lunes, coincidió con un récord en su gestión: 2.799 días seguidos como primer ministro, el período consecutivo más largo en la historia reciente del país.
Ya el 20 de noviembre pasado se había convertido en el jefe de Gobierno con más tiempo en el poder, uniendo tanto su actual mandato como el anterior, de 2006 a 2007.
La popularidad de Abe ha caído estos últimos meses debido a la pandemia ya que su gobierno fue criticado por haber tardado en reaccionar frente a la crisis.
El archipiélago nipón, relativamente menos afectado por el COVID-19 que otras zonas en el mundo, contabilizó 65,600 contagios y unos 1.600 fallecidos desde el principio de la pandemia.
Con información de AFP y EFE