Destaca una correlación significativa entre la menor incidencia, mortalidad y tasa de crecimiento del COVID-19 en poblaciones de Brasil donde los niveles de anticuerpos contra el dengue eran más altos.
Brasil ocupa el tercer lugar del mundo en cuanto a infecciones por COVID-19, con más de 4.4 millones de casos, sólo por detrás de Estados Unidos y la India.
En estados como Paraná, Santa Catarina, Rio Grande do Sul, Mato Grosso do Sul y Minas Gerais, con una alta incidencia de dengue el año pasado y a principios de este año, el COVID-19 tardó mucho más tiempo en alcanzar un nivel de alta transmisión en la comunidad en comparación con estados como Amapá, Maranhão y Pará que tuvieron menos casos de dengue.
El equipo encontró una relación similar entre los brotes de dengue y una propagación más lenta del COVID-19 en otras partes de América Latina, así como en Asia e islas de los océanos Pacífico e Índico.
Nicolelis dijo que su equipo hizo el descubrimiento sobre el dengue por accidente, durante un estudio centrado en cómo se propagó el COVID-19 a través de Brasil, en el que descubrieron que las carreteras desempeñaron un papel importante en la distribución de los casos por todo el país.
Tras identificar ciertos puntos libres de casos en el mapa, el equipo fue en busca de posibles explicaciones. Un gran avance se logró cuando el equipo comparó la propagación del dengue con el del coronavirus.
"Fue un shock. Fue un casualidad total", dijo Nicolelis. "En la ciencia, eso sucede, le disparas a una cosa y aciertas a un blanco que nunca imaginaste que acertarías".