"Estas son medidas drásticas", dijo la líder conservadora, y añadió que las autoridades locales adaptarían las restricciones en un plazo de dos semanas si era necesario. "Estamos en una situación muy grave (...) Tenemos que actuar y debemos hacerlo ahora para evitar una emergencia de salud nacional", expresó.
En Francia, las nuevas medidas, anunciadas en un discurso y que entrarán en vigor el viernes, significan que las personas tendrán que permanecer en sus hogares excepto para comprar artículos esenciales, ir a una consulta médica o usar su asignación diaria de ejercicio de una hora.
Las personas aún podrán ir a trabajar si su empleador considera que les es imposible cumplir con sus tareas desde casa y, a diferencia del confinamiento de marzo, la mayoría de las escuelas permanecerán abiertas, dijo Macron.
Alemania: sin posibilidad de rastrear los casos
Merkel dijo que el país había llegado a un punto en que ya no puede rastrear el 75% de los casos nuevos de COVID-19 que diagnostica, por lo que limitó las reuniones privadas a un máximo de 10 personas y dos familias y pidió a los ciudadanos alemanes abstenerse de realizar viajes turísticos.
Los negocios esenciales permanecerán abiertos y el gobierno pretende mantener operando escuelas y jardines infantiles, dijo Merkel, aunque los gimnasios, bares, cines y restaurantes y otros comercios de tipo recreativo deberán cerrar.