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¿Por qué los republicanos aún apoyan a Trump? Spoiler: se juegan el Senado

Muchos legisladores del partido del actual presidente se niegan a reconocer el triunfo de Joe Biden debido a la popularidad que el empresario mantiene entre sus bases.
vie 13 noviembre 2020 05:04 AM
Aliado de Trump
El senador Lindsey Graham se ha definido a sí mismo en los últimos años como un leal entre los leales a Trump, algo que lo pudo beneficiar electoralmente.

La gran mayoría de los legisladores republicanos se han negado hasta ahora a reconocer la victoria de Joe Biden en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, una ruptura histórica con la tradición política nacional que prueba, sobre todo, la alta popularidad que Donald Trump conserva entre sus votantes.

"Los republicanos del Congreso están poniendo deliberadamente en duda nuestras elecciones sin otra razón que el miedo a Donald Trump", dijo el jueves el líder de la minoría demócrata del Senado, Chuck Schumer.

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Aunque un puñado de congresistas de ese partido reconocieron rápidamente la victoria del candidato demócrata, como el senador Mitt Romney, muchos otros han permanecido en silencio o han apoyado públicamente las acusaciones infundadas de fraude o "robo" realizadas por el mandatario.

"Esto tiene sentido porque Trump aún conserva la lealtad de al menos ocho de cada diez republicanos, que han manifestado en las encuestas que no creen que Biden sea legítimo y piensan que Trump debería seguir luchando", dijo a la AFP David Barker, profesor de ciencias políticas en la American University de Washington.

Los diputados republicanos "temen una reacción hostil de sus votantes si adoptan el punto de vista contrario" al de Trump, consideró.

De hecho, el líder republicano en el Senado, Mitch McConnell, ha guardado silencio hasta ahora sobre la polémica, como también ha hecho el jefe de la minoría del partido en la Cámara Baja, Kevin McCarthy.

Biden califica de "embarazoso" que Trump se niegue a admitir su derrota

"No podemos negar que este presidente será el líder de nuestro partido durante las próximas décadas", afirmó este jueves la portavoz de la Casa Blanca, Kayleigh McEnany.

Tras recordar que los expresidentes republicanos George Bush y Gerald Ford habían sido "muy corteses" al traspasar el poder a los demócratas que los habían derrotado, Bill Clinton y Jimmy Carter respectivamente, Miles Coleman, politólogo de la Universidad de Virginia, señaló que la postura actual de los republicanos "es un testimonio de la lealtad del partido" al ex magnate del sector inmobiliario.

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Trump "conservará una influencia considerable sobre el partido" en el futuro, y al hacerse eco de sus acusaciones los legisladores apuntan a "resaltar su solidaridad con la base" republicana, estimó.

Por el control del Senado

Uno de los principales aliados de Trump en la Cámara Alta, el senador Lindsey Graham, llegó a afirmar dos días antes del anuncio de la victoria de Biden que podría cuestionar la legitimidad de la elección.

"Estoy aquí esta noche para apoyar al presidente Trump, como él me apoyó a mí", dijo el jueves pasado luego de haber conseguido su propia reelección en Carolina del Sur, contrariamente a lo que habían pronosticado las encuestas. "Graham se ha definido a sí mismo en los últimos años como un leal entre los leales a Trump y tal vez esté constatando que le valió la pena electoralmente", observó Coleman.

Los abogados del presidente han emprendido acciones legales en varios estados clave para cuestionar los resultados, aunque hasta ahora no han tenido éxito alguno.

"El objetivo parece ser socavar la confianza de los votantes en la legitimidad de las elecciones y recaudar fondos", resaltó Joshua Douglas, profesor de la Universidad de Kentucky.

De hecho, el Partido Republicano lanzó un llamamiento en línea para lograr donaciones bajo el título "¡Los demócratas intentarán robar estas elecciones!” De acuerdo con un reporte de la agencia Reuters, el Comité Nacional Republicano se ha acercado a sus donantes en un intento por recaudar al menos 60 millones de dólares para pagar las impugnaciones.

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Las dudas sembradas sobre la victoria de Biden "también podrían apuntar en parte a galvanizar la base republicana antes de las elecciones parciales en Georgia" para el Senado, previstas para el 5 de enero y claves para determinar la mayoría en la Cámara Alta.

Los dos senadores que representan ahora a ese estado y buscan la reelección son republicanos, David Perdue y Kelly Loeffler, y ambos han respaldado a Trump en sus denuncias sin pruebas de que ha habido un fraude electoral.

Los republicanos tienen actualmente el control del Senado, pero los demócratas esperan arrebatarles los dos escaños que se elegirán en ese estado del sureste del país. Y la movilización de los votantes de ambos partidos será crucial.

Actualmente, tienen ya garantizados 50 de los 100 escaños de la Cámara Alta, pero en caso de perder los balotajes en Georgia, los demócratas, gracias al voto de desempate de la vicepresidenta Kamala Harris, se harían del control del Senado.

Fortalecido por el récord en el voto popular que ha logrado en estas elecciones —solo superado por el respaldo a Biden—, Trump mantiene una fuerte influencia sobre los votantes que necesita su partido para retener el control del Senado al menos dos años más.

La negativa a reconocer la victoria de Joe Biden "marca una ruptura absolutamente sin precedentes con los estándares democráticos", indicó Douglas. Pero "la probabilidad de que uno de los recursos judiciales (interpuestos por los republicanos) cambie el resultado es extremadamente baja", señaló.

Coincidó en este punto Kark Rove, uno de los ideólogos conservadores más famosos de Estados Unidos, quien fue clave para las dos victorias electorales de George W. Bush.

"Es poco probable que los esfuerzos (legales) del presidente muevan un solo estado de la columna de Biden, y ciertamente no son suficientes para cambiar el resultado final" de las elecciones, escribió Rove en un artículo publicado el miércoles en The Wall Street Journal.

Un apoyo con grietas

Al pasar de los días, sin embargo, el apoyo de los senadores republicanos al presidente se hace más débil y comienza a mostrar algunas fracturas. La más nototria se registró este jueves, cuando varios legisladores conservadores opinaron que Biden debería recibir información de inteligencia.

"Creo que tiene sentido (que Biden empiece a recibir información de inteligencia)", dijo el número dos de los republicanos en el Senado, John Thune, en una entrevista este jueves en la cadena CNN.

El presidente electo tradicionalmente recibe tales informes de la comunidad de inteligencia para enterarse de las amenazas que enfrenta Estados Unidos antes de asumir el cargo. No obstante, en esta ocasión Trump se ha negado a reconocer la derrota y su gobierno no ha certificado a Biden como presidente electo, un paso necesario para facilitar la transición y su llegada al poder el próximo 20 de enero.

"No lo veo como una propuesta de alto riesgo. Simplemente creo que es parte de la transición. Y, uh, si de hecho gana al final, creo que deben ser capaces de comenzar a funcionar”, dijo el senador John Cornyn a los periodistas. Sin embargo, se negó a decir que Biden había ganado.

Varios aliados de Trump han empezado a dar señales de su incomodidad con la situación, y sus comentarios sobre la información de inteligencia fueron una señal implícita de que saben que los esfuerzos del presidente por dar la vuelta al resultado no surtirán efecto.

Incluso el mismo Graham se unió al coro de inconformes este jueves y dijo a la cadena CNN que cree que Biden debería recibir los informe de inteligencia. También opinaron lo mismo el republicano más veterano del Senado, Chuck Grassley, y los senadores conservadores Rob Portman, Susan Collins y James Lankford.

La mayoría de los senadores, sin embargo, siguen sin reconocer explícitamente la victoria de Biden, y alegan en cambio que los dos candidatos de las elecciones "tienen que tener acceso a la información, porque no se sabe quién va a ser el presidente", en palabras de Lankford.

Solo cuatro senadores del partido —Collins, Mitt Romney, Lisa Murkowski y Ben Sasse— han admitido el triunfo de Biden, mientras que otros, como Marco Rubio, Pat Toomey y Mike Rounds han urgido al gobierno de Trump a permitir que el demócrata inicie el proceso de transición.

Las fisuras también empiezan a agrandarse fuera del Senado, donde al menos cuatro gobernadores republicanos, los de Ohio, Maryland, Massachusetts y Vermont, han felicitado a Biden; como lo hizo también el ex presidente George W. Bush (2001-2009).

Con información de AFP y EFE

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