Fueron las iglesias católica y evangélicas las que comandaron los rechazos, en tanto que el Congreso también se dividió al margen de las pertenencias a partidos de gobierno o de oposición.
"La situación general de la salud pública, planteada por esta dolorosa coyuntura, hace insostenible e inoportuno cualquier intento de presentar y discutir una ley de estas características", sostuvo recientemente la Conferencia Episcopal católica.
La Alianza Cristiana de Iglesias Evangélicas, de su lado, advirtió que un debate legislativo "provocará manifestaciones" de defensores y detractores. "No es el tiempo de discutir el aborto, estamos en medio de una pandemia", señaló la Alianza.
Fernández concluyó su mensaje llamando a que se dé un diálogo respetuoso.
"Las diferencias nos hacen una sociedad plural y enriquecen la democracia que tanto esfuerzo nos costó consolidar. Por convicción personal estoy seguro que estamos dando respuesta a una realidad que afecta a la salud pública y que con ello estamos ampliando derechos en una sociedad que así lo demanda. Que sea ley", concluyó
El aborto es ilegal en casi todo Latinoamérica, una de las zonas del mundo más peligrosas para ser mujer. De los 21 países de la región predominantemente católica, solo Cuba, Uruguay, Guyana y Puerto Rico legalizaron la práctica sin condiciones.
Con información de AFP, EFE y Reuters