La economía más grande de Europa ha estado parcialmente bloqueada durante seis semanas, con bares y restaurantes cerrados, pero tiendas y escuelas abiertas. Eso ha detenido el crecimiento exponencial del coronavirus, pero los niveles de infección se mantienen en un nivel alto.
Alemania registró en las últimas 24 horas la cifra récord de 590 fallecimientos por el COVID-19.
La líder alemana lleva semanas abogando por un endurecimiento de las restricciones, a lo que se resisten algunos estados federados. Las diferencias entre los "Länder" hacen además difícil la toma de decisiones consensuadas.
Bajo el sistema federal de Alemania, el poder de imponer restricciones recae en los gobiernos regionales. Merkel ha presionado durante mucho tiempo para que se adopten medidas de bloqueo más severas, a las que algunos líderes estatales, especialmente aquellos en las regiones menos afectadas, se han resistido.
Merkel advirtió que la pandemia estaba "reordenando" la economía mundial, y que los países europeos sufrían un impacto económico más grave por el virus que muchos otros, especialmente en Asia.
Pero defendió el enfoque de Alemania contra los críticos que dijeron que las autoridades deberían haber sido más agresivas en el control policial de los confinamientos, diciendo que su enfoque liberal seguramente será diferente al de países que "parecen más dictaduras".
Con información de AFP, EFE y Reuters