La OMS precisó que la variante británica, además "de indicios preliminares de que [...] podría ser más contagiosa", "podría también afectar a la eficacia de algunos métodos de diagnóstico”.
En cambio, por el momento, no hay "ninguna prueba sobre un cambio en la gravedad de la enfermedad".
Pérez Alhambra, miembro también del consejo de expertos que aconseja a la Agencia Europea del Medicamento sobre las vacunas contra el virus, explicó que los primeros indicios apuntan a que el cambio se ha producido en la proteína S del virus, lo que le permite engancharse mejor y, en consecuencia, ser más contagioso.
Si se confirma, una de las consecuencias, según Pérez Alhambra, es que sería necesario vacunar a más gente de la prevista ahora para conseguir la llamada "inmunidad de rebaño".
Por el contrario, si ya hay más gente infectada aunque asintomática de lo que indican ahora los estudios, "se estaría malbaratando vacunas" con personas ya contagiadas.
Pronosticó, además, que, en cualquier caso, no podrá hablarse de que la pandemia empieza a estar controlada hasta dentro de medio año y llamó a que todas las personas se vacunen. "Es más seguro conseguir inmunidad vacunándose que infectándose", argumentó.
Parece que los científicos descubrieron esta variante en un paciente en septiembre.