Las solicitudes fueron presentadas ante la agencia reguladora sanitaria (Anvisa), que debe dar una respuesta en un plazo de diez días, "sin contar el tiempo eventual del cual el proceso pueda quedar pendiente de informaciones [suplementarias]", precisó la entidad en un comunicado.
Ambas fueron sometidas a ensayos clínicos en Brasil, con asociados locales, que tramitaron los pedidos de autorización: el Instituto Butantan en el caso de CoronaVac y la Fundación Fiocruz en el de la vacuna desarrollada por el laboratorio británico AstraZeneca con la Universidad de Oxford.
Butantan, del estado de Sao Paulo, principal productor de vacunas de América Latina, informó el jueves que la efectividad de la Coronavac en el ensayo de Brasil fue de 78% en casos leves y de 100% en los moderados y graves.
AstraZeneca dijo en diciembre que su vacuna tiene una eficacia del 70%, pero que podría alcanzar el 100% con dos dosis.
El uso de emergencia supone que se limita a grupos específicos con los que se realizaron los test, como los profesionales del área de la salud, y no a toda la población.
El acuerdo con Sinovac fue suscrito por el Estado de Sao Paulo, cuyo gobernador, Joao Doria, es visto como un rival por el presidente de ultraderecha.
Pero el Ministerio de la Salud anunció el jueves la firma de un contrato con Butantan para comprar 100 millones de dosis a fin de incorporarlas al plan nacional de inmunización contra el COVID-19.
Beijing ya envió a Sao Paulo 10.7 millones de dosis y los insumos para la producción local de otras 40 millones.
Brasil, con casi 8 millones de contagios, contrató la adquisición y transferencia de tecnología de los fabricantes para un total de 254 millones de dosis de esta vacuna, en caso de que se apruebe su autorización definitiva.
Con información de AFP y EFE