Dado que los compromisos de los países deben ir acompañados de planes claros y creíbles, instó a los países a aportar contribuciones determinadas en los planes nacionales —los países que han firmado el Acuerdo de París se comprometen a una obligaciones para la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la adaptación al cambio climático— significativamente más ambiciosas, como se indica en el Acuerdo, y añadió que "las principales economías y los miembros del G20 deben liderar el camino".
El secretario general dijo que el uso del carbón con fines energéticos debe eliminarse en 2030 para los países de la OCDE y para el 2040 en el resto de ellos, y que la financiación del sector, y de otros combustibles fósiles, debe reorientarse hacia la búsqueda de fuentes de energía limpia.
"Las inversiones en carbón son una apuesta perdedora", afirmó.
Igualmente pidió progresos en la adaptación y la resiliencia, lo cual requiere un mayor apoyo a las naciones vulnerables, incluyendo a los países menos desarrollados y los pequeños estados insulares en desarrollo.
"Tenemos la obligación moral de hacer las cosas mucho mejor, y con iniciativas e instrumentos financieros nuevos y ampliados", dijo el máximo responsable de la ONU.
"Los países desarrollados deben cumplir su compromiso, adquirido hace más de diez años y reiterado en París, de movilizar 100,000 millones de dólares al año en financiación climática para los países en desarrollo. Este compromiso debe cumplirse plenamente en el período previo a la COP26”.
Con información de Noticias ONU