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EU descarta sancionar al príncipe saudí por el asesinato de Jamal Khashoggi

El líder de facto de Arabia Saudita, Mohamed bin Salman, aprobó una operación para matar al periodista disidente, dice la inteligencia de EU, un señalamiento delicado por su relación estratégica.
vie 26 febrero 2021 06:53 PM
Inteligencia
El rechazo de Trump a las demandas de los legisladores de publicar una versión desclasificada en 2018 reflejó un deseo de preservar la cooperación con Riad en medio de las crecientes tensiones con Irán.

Estados Unidos acusó por primera vez al príncipe saudita Mohamed bin Salmán de haber aprobado el asesinato del periodista crítico con el reino Jamal Khashoggi, pero no anunció ninguna sanción directa contra el poderoso heredero.

El gobierno de Joe Biden parece intentar dejar claro con esta publicación que los asesinatos de opositores políticos no eran aceptables para Estados Unidos y, al mismo tiempo, preservar las relaciones con el príncipe heredero, que podría gobernar uno de los principales exportadores de petróleo del mundo durante décadas y ser un aliado contra un enemigo común: Irán.

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Al desclasificar el informe, el presidente Biden revirtió la negativa de su predecesor, Donald Trump, de publicarlo desafiando una ley de 2019, lo que refleja una nueva voluntad de Estados Unidos de cuestionar al reino en cuestiones que van desde los derechos humanos hasta la guerra en Yemen.

Sin embargo, Biden está pisando una línea muy fina para preservar los lazos con el reino mientras busca revivir el acuerdo nuclear de 2015 con su rival regional, Irán, y abordar otros desafíos, como la lucha contra el extremismo islamista y el avance de los lazos árabe-israelíes.

El príncipe Mohamed, heredero del rey Salman y gobernante de facto del reino, "aprobó una operación en Estambul, Turquía, para capturar o matar al periodista saudí Jamal Khashoggi”, indicó la Oficina del Director de Inteligencia Nacional de Estados Unidos en el informe publicado en su página web.

“Basamos esta evaluación en el control del príncipe heredero sobre la toma de decisiones en Reino, la participación directa de un asesor clave y de miembros del destacamento de protección de Mohamed bin Salman en la operación, y el apoyo del príncipe heredero al uso de medidas violentas para silenciar a disidentes en el extranjero, incluido Khashoggi”, añadió.

Khashoggi, un residente en Estados Unidos que escribía columnas de opinión para el Washington Post críticas con las políticas del príncipe heredero, fue asesinado y desmembrado por un equipo de agentes vinculados al gobernante en el consulado del reino en Estambul.

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En octubre de 2018 entró al consulado de Arabia en Estambul para pedir un certificado para casarse con su prometida.

Según las autoridades turcas fue asesinado en la sede diplomática el 2 de octubre por un escuadrón de 15 sauditas que primer lo estrangularon y luego desmembraron su cuerpo. Sus restos nunca fueron encontrados.

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Riad ha negado cualquier implicación del príncipe heredero, el gobernante de facto Arabia Saudita.

El informe, de hace dos años, que fue divulgado este viernes de forma parcial por el gobierno del presidente Joe Biden, señala que dada la influencia del príncipe heredero, es "altamente improbable" que el asesinato del periodista ocurriera sin una luz verde de su parte.

"El príncipe heredero ve a Khashoggi como una amenaza para el reino y en términos generales apoyó el uso de medidas violentas para silenciarlo", indica el informe.

Sanciones a sauditas

Tras la desclasificación, Estados Unidos anunció sanciones contra decenas de sauditas relacionados con la muerte Khashoggi y anunció que prohibirá el ingreso de personas que amenacen a disidentes en sus países.

Estados Unidos prohibió la entrada de 76 personas de Arabia Saudita, afirmando que no tolerará a quienes amenacen o agredan a activistas, disidentes y periodistas por encargo de gobiernos extranjeros, declaró el secretario de Estado Antony Blinken.

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Blinken anunció la “prohibición de Khashoggi” del Departamento de Estado, una política de restricción de visados “a personas que, actuando en nombre de un gobierno extranjero, se cree que han participando directamente en actividades graves y extraterritorial contra la disidencias”.

El jefe de la diplomacia de Estados Unidos precisó que su país no busca una ruptura con Arabia Saudita, sino que quiere “recalcitrar” la relación.

Washington organizó eventos para suavizar el golpe, con Biden hablando el jueves con el padre del príncipe heredero, el rey Salman, de 85 años, en una llamada en la que ambas partes dijeron que reafirmaron su alianza de décadas y se comprometieron a cooperar.

En la conversación, Biden recalcó el compromiso para "ayudar a Arabia Saudita a defender su territorio frente a los ataques de grupos aliados con Irán", pero también reafirmó la importancia que su país otorga a los derechos humanos.

En el comunicado sobre la llamada distribuido por la Casa Blanca no se hacía alusión alguna a Khashoggi, y en su lugar apuntaba que ambos hablaron "de los esfuerzos (...) para poner fin a la guerra en el Yemen", y que Biden reafirmó el "compromiso de Estados Unidos en ayudar a Arabia Saudí a defender su territorio ante los ataques de grupos alineados con Irán".

Riad rechazó el documento desclasificado este viernes y afirmó que contiene "información y conclusiones inexactas".

Pero el gobierno de Biden está considerando la cancelación de los acuerdos de armas con Riad que plantean problemas de derechos humanos, al tiempo que limita las futuras ventas militares a las armas "defensivas", dijeron fuentes.

Un portavoz del Departamento de Estado dijo que el enfoque de Estados Unidos era poner fin al conflicto en Yemen, incluso mientras se asegura de que Arabia Saudita tiene todo lo que necesita para defender su territorio.

El experimentado periodista de 59 años vivía en Virginia pero las autoridades sauditas le dijeron que debía desplazarse al consulado de Estambul si quería obtener una serie de documentos para casarse con su prometida turca, Hatice Cengiz.

Allí fue asesinado por un escuadrón comandado por un cercano ex asesor del príncipe Mohammed, Saud al Qahtani.

Un mes después del asesinato, la CIA concluyó con gran seguridad que el príncipe heredero había ordenado el asesinato, según el diario The Washington Post.

La inteligencia desclasificada se hizo eco de una versión clasificada de un informe sobre el asesinato de Khashoggi que Trump compartió con miembros del Congreso a finales de 2018.

El rechazo de Trump a las demandas de los legisladores y los grupos de derechos humanos de publicar una versión desclasificada en ese momento reflejó un deseo de preservar la cooperación con Riad en medio de las crecientes tensiones con Irán y de promover la venta de armas de Estados Unidos al reino.

El informe desclasificado indica que 15 personas fueron enviadas a Turquía para la operación contra Khashoggi, incluyendo miembros de la guardia de elite para la protección del príncipe Mohamed, la brigada de intervención rápida.

“Una parodia de justicia”

Pocos observadores creen que un asesinato de este tipo podría haber ocurrido sin la anuencia del príncipe Mohamed, dado que el gobernante ha encarcelado a numerosos críticos y a facciones de su propia familia.

Bajo las fuertes presiones de Estados Unidos y de la comunidad internacional, el gobierno saudita enjuició a algunos de los perpetradores.

En el proceso a puerta cerrada fueron exonerados dos altos mandos considerados como los autores intelectuales: Qahtani y el entonces subdirector de los servicios de inteligencia Ahmad al Asiri. Ambos forman parte del círculo más íntimo del príncipe y este viernes Estados Unidos anunció sanciones contra al Asiri.

Cinco personas que no fueron identificadas recibieron condenadas a muerte y otras tres fueron sentenciadas a duras penas de prisión. Pero nueve meses después, las sentencias de muerte fueron reemplazadas con penas de 20 años de cárcel.

Amnestía Internacional y Reporteros Sin Fronteras calificaron el proceso como una "parodia de la justicia".

Con información de AFP, EFE y Reuters

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