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La junta militar de Myanmar libera a más de 600 personas detenidas

Entre los liberados se encuentra un fotógrafo de la agencia AP, pero aún hay cientos de civiles detenidos arbitrariamente, incluidos los líderes Win Myint y Aung San Suu Kyi.
jue 25 marzo 2021 12:08 PM
La junta militar de Myanmar liberó a 600 presos detenidos después del golpe de Estado del 1 de febrero, incluido un fotógrafo de la AP que cubría las protestas contra la junta militar. Los generales siguen reteniendo a muchos civiles, entre ellos líderes políticos, huelguistas, activistas y artistas desde el golpe de Estado que depuso a la ex jefa de facto del gobierno, Aung San Suu Kyi.
Las detenciones arbitrarias de la junta militar de Myanmar continúan, incluidas las de periodistas y líderes de la sociedad civil, denuncia la Organización de Naciones Unidas.

Más de 600 personas detenidas desde el golpe de Estado del 1 de febrero, entre ellas un fotógrafo de la agencia de noticias Associated Press (AP), fueron puestas en libertad el miércoles por la junta militar, que sigue manteniendo incomunicados a cientos de civiles y no cede en su cruenta represión.

Pese a estas liberaciones, los generales siguen reteniendo a muchos civiles, entre ellos líderes políticos, huelguistas, activistas y artistas desde el golpe de Estado que depuso a la ex jefa de facto del gobierno, Aung San Suu Kyi, y al presidente Win Myint, según datos de la Asociación de Ayuda a los Presos Políticos (AAPP).

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Varios autobuses llenos de presos salieron de la cárcel de Insein, en Rangún por la mañana, dijeron testigos, que incluían abogados de algunos reclusos.

Las autoridades no se refirieron de inmediato al número de prisioneros liberados. Un portavoz del ejército no respondió a las llamadas.

"Todos los liberados son los arrestados por las protestas, así como los arrestos nocturnos o los que salieron a comprar algo", dijo a Reuters un miembro de un grupo de asesoría legal que dijo haber visto salir alrededor de 15 autobuses.

"Hoy liberamos a 360 hombres y 268 mujeres de la prisión de Insein" en Rangún, declaró a AFP un alto cargo del centro penitenciario, que pidió el anonimato.

Los ex detenidos, muchos de ellos estudiantes que salieron a la calle a protestar, salieron de la prisión en autobuses, según mostraron medios locales. Muchos realizaron el saludo con tres dedos de la mano levantados, convertido en un gesto de resistencia de los manifestantes.

Una monja se arrodilla ante militares en Birmania para pedir alto al fuego

Un fotógrafo birmano de la agencia Associated Press, detenido a fines de febrero cuando cubría las manifestaciones contra la junta militar, también fue liberado este miércoles.

"Me encuentro bien", declaró Thein Zaw a la AFP. "Los cargos contra mí fueron levantados", agregó el fotógrafo, de 32 años, que había sido acusado de "difundir falsas noticias".

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Aung San Suu Kyi de 75 años, tenía que comparecer este miércoles ante la justicia, pero la audiencia, que debía celebrarse por videoconferencia, no pudo celebrarse por falta de conexión a internet, ya que los datos móviles y varias redes wifi llevan varios días cortados para aislar el país.

"Se pospuso hasta el 1 de abril", dijo a la AFP Khin Maung Zaw, el abogado de la ex jefa de gobierno, que todavía no ha sido autorizado a reunirse con su cliente.

La ONU pidió la liberación de las personas "detenidas de forma arbitraria”, incluida la ex líder y el presidente Myint.

"Seguimos preocupados por detenciones arbitrarias que continúan, incluidas las de periodistas y líderes de la sociedad civil", declaró el portavoz adjunto de la ONU, Farhan Haq, a medios de comunicación.

"Seguimos vigilando de cerca los acontecimientos y estamos muy preocupados por el asesinato por parte de las fuerzas de seguridad de una niña de siete años en su casa" el martes, añadió.

Los niños, un blanco indefenso de la represión

Cada vez son más los civiles que no participan en las protestas, entre ellos mujeres y niños, que son objeto de la represión. El martes, Khin Myo Chit, una niña de siete años, fue asesinada "de un disparo mortal en el estómago mientras estaba en su casa" en la ciudad central de Mandalay, según la AAPP.

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"Los soldados de Myanmar no tienen ninguna humanidad; no les importa la vida de 7 años extinguida demasiado joven", denunció este jueves en declaraciones a la agencia EFE Phil Robertson, subdirector en Asia de la organización Human Rights Watch, quien advirtió de que los militares sí son conscientes de "la rabia generada por su muerte".

Robertson se refería al fallecimiento de la niña Khin Myo Chit, en un pueblo del estado de Mandalay, lo que causó una gran conmoción en un país donde el goteo de menores muertos ha sido constante en el último mes y medio; esto es, desde que la junta recrudeció la represión sobre la población civil.

En total son 66 los fallecidos que no superan los 20 años de edad sobre un total de 286 víctimas mortales de la junta, según los últimos datos de la Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP).

Desde las primeras semanas de febrero una ola de protestas recorre todo el país a diario contra el golpe de los militares, que han reprimido las manifestaciones con pelotas de goma, granadas aturdidoras y munición real.

A pesar de la represión, varias protestas volvieron a celebrarse hoy en Rangún, Mandalay y Monywa, después de que la víspera el país se paralizara por una "huelga de silencio" convocada contra los militares.

Los uniformados volvieron a disparar contra los manifestantes, causando heridos y al menos 4 muertos en Taunggyi, una localidad en el estado noroccidental de Shan.

Al contrario de quienes perdieron la vida mientras participaban en las protestas, o estaban cerca, Chit, la víctima más joven, recibió el martes un tiro en el abdomen cuando estaba en su casa, sentada en el regazo de su padre, adonde había acudido en busca de protección cuando las fuerzas del orden irrumpieron en su vivienda.

Un uniformado acusó al padre de mentir y le disparó, pero la bala impactó en la hija, según el testimonio de la hermana al portal Myanmar Now.

En la noche del martes, los soldados volvieron para llevarse el cuerpo de la pequeña y saquearon la casa, pero la familia ya había huido por miedo a los militares.

Según HRW, el temor de los uniformados a la rabia generada por esta muerte les impulsó a volver para deshacerse del cadáver que simboliza su represión despiadada.

"El Tatmadaw (nombre del ejército de Myanmar) —añadió HRW— quiere que sus voces sean silenciadas porque no quiere mártires, y los soldados no dudarán en usar la fuerza para lograrlo”.

"Tiene que haber una rendición de cuentas por todos los crímenes y violaciones de derechos humanos que se siguen cometiendo en Birmania", dijo Haq.

El portavoz de la ONU también pidió la "máxima moderación" en el período previo al 27 de marzo, que ha sido declarado Día de las Fuerzas Armadas en Birmania.

Con información de AFP y EFE

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