Ante eso, el 19.3% de los votos cosechados por Yaku Pérez en la primera vuelta, claves para definir el ballotage, están en disputa. En los últimos días, Arauz celebró el año nuevo andino en Twitter en un intento de acercamiento a la comunidad indígena y de restablecer las relaciones dañadas con buena parte de esa etnia durante los gobiernos de Correa.
En tanto, Lasso, quien nunca se esforzó por cultivar una relación estrecha con las comunidades indígenas en su carrera política, publicó un video de campaña en kichwa, idioma usado en la Sierra y Oriente de Ecuador. Los aborígenes representan un 7% de los 17.4 millones de habitantes de Ecuador, según el último censo.
Por Ecuador pasa la línea imaginaria que divide a la Tierra en dos hemisferios. Esa ubicación geográfica está lejos de replicarse en el mapa político, donde las posturas de los dos candidatos que se enfrentarán en el ballotage parecen divergir hacia los polos. Todo indica que, una vez en el gobierno, el próximo presidente deberá girar a la moderación y alcanzar consensos para gobernar.
"Hay una alianza formal entre Yaku Pérez y Hervas, los candidatos que terminaron tercero y cuarto en la primera vuelta electoral y que, unidos, están cerca de contar con una mayoría en el Congreso", dice Mejía. "Quien sea el próximo presidente deberá conversar con estos partidos más cercanos al centro ideológico porque necesitarán de sus votos para aprobar proyectos en el Congreso, lo que puede moderar a cualquiera de los dos candidatos que finalmente gane la presidencia".