Los ecuatorianos elegirán el domingo próximo a un nuevo presidente entre 16 candidatos, el mayor número desde que el país volvió a la democracia en 1979. Sin embargo, todo indica que la puja real para llegar al Palacio de Carondelet —la sede del gobierno— se dirimirá entre solo tres de esos postulantes: Andrés Arauz, un joven economista ungido por el expresidente Rafael Correa, quien está impedido de presentarse; Guillermo Lasso, un exbanquero y poderoso empresario de tendencia conservadora; y Yaku Pérez, un abogado indígena que hizo de la lucha contra la minería su principal bandera.
La oferta electoral luce tan amplia como heterogénea. No obstante, como viene ocurriendo desde hace 14 años en Ecuador, el resultado parece estar ceñido a una sola cuestión: el respaldo o el rechazo a Correa, el mandatario que dirigió los destinos de la nación sudamericana entre 2007 y 2017.