"Nunca tantos diputados, procedentes de hasta once grupos, desde la extrema izquierda hasta la derecha, se habían pronunciado en favor de esta ley", destacó el militante, quien considera "escandaloso" el bloqueo parlamentario que impide, una vez más, avanzar su causa, legalizada ya en Países Bajos, Bélgica, Luxemburgo y España.
El ministro de Salud Olivier Véran dijo que, "personalmente", "no está convencido de que haya que abrir actualmente este debate de envergadura", en referencia a la pandemia de COVID-19.
"El debate merece que se produzca" pero un asunto tan "sensible", "necesita tiempo" agregó.
Por el contrario, Farloni consideró que la crisis del COVID-19 ha puesto más de manifiesto la necesidad de acompañar a los enférmenos en sus últimas horas de forma digna y permitirles elegir, por lo que exigió al presidente del país, Emmanuel Macron, que impulse esta reforma.
El ministro de salud prometió una mejor aplicación de la denominada ley Claeys-Leonetti, adoptada en 2016, que autoriza la sedación profunda y continua de pacientes terminales, pero cierra la puerta a la eutanasia activa.
El artículo primero del proyecto de ley del diputado Ferloni prevé que "toda persona capaz, mayor de edad, en estado avanzado o terminal de una enfermedad grave e incurable, cualquiera que sea su causa, que le produzca sufrimientos físicos o psíquicos que no puedan ser aliviados o que considere insoportables", podrá solicitar "asistencia médica" para morir "con ayuda activa".