Muchos periodistas venezolanos se han visto obligados a dejar el país para huir de las amenazas y preservar su integridad física.
Los medios digitales venezolanos se ven enfrentados a continuos ataques informáticos, lo que hace que su labor de información sea cada vez más compleja y costosa.
2. Honduras (puesto 151 de 180)
Las agresiones, las amenazas de muerte, los asesinatos y los procesos judiciales abusivos contra periodistas de oposición y medios de comunicación comunitarios no dejan de aumentar desde el golpe de Estado registrado en 2009.
La mayor parte de las agresiones y actos de violencia contra la prensa en Honduras son cometidos por las fuerzas del orden, en particular por la policía militar y el ejército.
Una práctica común de intimidación y censura es emprender procesos judiciales abusivos contra los periodistas, también sancionar las difamación con penas de prisión y, en ocaciones, incluso con la prohibición de ejercer el periodismo.
1. Cuba (puesto 171 de 180)
El régimen castrista ha incrementado la censura y la represión de los periodistas independientes y de la prensa de oposición que intentan subsistir en la isla. La presidencia de Miguel Díaz-Canel, la primera persona sin el apellido Castro que gobierna la isla desde 1960, no ha mejorado la situación de la prensa cubana.
El gobierno cubano "mantiene un monopolio casi absoluto de la información e intenta obstaculizar por todos los medios el trabajo de la prensa independiente: detenciones arbitrarias, amenazas de encarcelamiento, persecución, acoso, registros domiciliarios ilegales, confiscación y destrucción de material periodístico" asegura la organización.
Los periodistas independientes y bloqueos están bajo vigilancia de agentes del Estado, que intentan restringir su libertad de movimientos. Los periodistas extranjeros también sufren de un estricto control: se otorgan acreditaciones de prensa de forma selectiva y se expulsan a los reporteros que son considerados "demasiado negativos" frente al régimen.
Incluso en un entorno tan negativo, existe una esperanza para la libertad de prensa en Cuba: la mejora progresiva de la cobertura de internet en la isla.