Liberman, señaló el diario The Jerusalem Post, "planea invertir fuertemente en proyectos de infraestructura, disminuir la burocracia y la regulación, y llegar a un acuerdo a largo plazo para controlar el poder" de la poderosa central de trabajadores, la Histadrut.
Además, Lieberman es conocido por sus duras críticas al sector ultra-religioso del país, y se podría esperar que impulse reglas para incluirlo más en la fuerza laboral, alejándolos del estudio de la Torá, algo que parece muy complicado de lograr.
Religión y derechos civiles
Precisamente, la relación con los ultra-religiosos es otro elemento que divide a los partidos de la coalición: Bennett es practicante y será el primer jefe de gabinete que usa la kipá, la pequeña gorra ritual de los judíos, mientras que Lapid es un típico liberal laico progresista.
¿Se enfrentará Lapid con el establishment religioso que obliga al país a observar el Shabat y a que no haya transporte público ni comercios abiertos cada sábado?
¿Y qué pasará con el socio árabe de la coalición, el partido Ra'am? Los líderes de esta formación islámica conservadora ya anunciaron que se opondrán a cualquier iniciativa en favor de la comunidad LGBT de Israel impulsada por el partido más a la izquierda en el bloque, Meretz.
Con todas estas dudas, los apostadores en el país se preguntan cuánto durará este gobierno basado en el "bloque del espanto".