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La elección en Perú se dirige a un final de infarto entre Castillo y Fujimori

La candidata derechista tiene 49.9% de los votos, mientras el profesor de izquierda cuenta con 50.1% de las preferencias, con 94.36% de los votos contados.
lun 07 junio 2021 12:06 PM
La elección presidencial de Perú se encaminaba el lunes hacia una final de infarto, mientras cuando el izquierdista Pedro Castillo le dio vuelta a los resultados electorales y ahora tiene una ligera ventaja sobre la derechista Keiko Fujimori.
El domingo por la noche, Pedro Castillo, quien ha prometido reformar la Constitución y la legislación minera de Perú, convocó a sus partidarios a "defender el voto", aunque luego llamó a la calma.

El candidato socialista Pedro Castillo amplió el lunes su estrecha ventaja sobre la derechista Keiko Fujimori mientras avanzaba el conteo oficial de la segunda ronda electoral presidencial de Perú, en una de las contiendas más polarizadas en décadas en el país.

El recuento oficial muestra a Castillo con un 50.18% de los sufragios y a Fujimori con un 49.82%, con cerca del 95.13% de los votos procesados. La diferencia aumentó a 60,899 votos mientras llegan los datos de las últimas papeletas, mayormente procedentes de áreas rurales, más favorables al candidato de izquierda.

Castillo, de 51 años y que se ha convertido en un paladín de los pobres, ha prometido reformular la Constitución para reforzar el papel del Estado y quedarse con una mayor parte de los beneficios de las empresas mineras.

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"En la medida de que hay más voto rural que el extranjero es probable que las líneas se vuelvan a cruzar, pero todavía no lo sabemos, lo que podemos decir es que sigue la incertidumbre", dijo Alfredo Torres, de Ipsos Perú, a América Televisión.

"Es un país que esta muy dividido con dos visiones muy diferentes de lo que se quiere al futuro", agregó.

El margen entre ambos se ha ido estrechando desde los seis puntos de separación que había en el primer informe ofrecido a última hora del domingo por la ONPE, cuando al 42% del escrutinio de Fujimori sacaba el 53% de los votos válidos frente al 47% de su rival.

El domingo por la noche, Castillo, de 51 años, hijo de campesinos y quien ha prometido reformar la Constitución y la legislación minera de Perú, convocó a sus partidarios a "defender el voto", aunque luego llamó a la calma.

Las "ollas comunes" proliferan ante la dificultad de comprar alimento

El partido Perú Libre de Castillo dijo en Twitter que el candidato, que había estado en su distrito natal rural del norte para votar, llegaría a la capital Lima en las próximas horas del lunes, para "para hacer respetar la voluntad popular".

"Solamente el pueblo va a salvar al pueblo. Atentos, no caigamos en ninguna preocupación (…), les pido mesura", dijo, este lunes en la mañana, Castillo a sus seguidores en su reducto en Cajamarca, a más de 900 km al norte de Lima, adonde viajará para esperar el final de sus pendo del balotaje.

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El probable final de fotografía podría dar lugar a días de tensión, ya que la votación pone de manifiesto la fuerte división entre la capital, Lima, y el interior del país, que ha impulsado el inesperado ascenso de Castillo.

Lucía Dammert, académica peruana radicada en Chile, predijo que los próximos días serían febriles, con posibles impugnaciones de los votos y solicitudes de recuento. Dammert pronostica protestas sobre todo si Fujimori gana, de acuerdo con un reporte de Reuters.

"Lo que está claro es que si Keiko gana va a tener que encerrarse en una fortaleza en Lima y aguantar lo que pase en el resto del país", dijo.

"Gane quien gane, tiene que dialogar con el Gobierno y otras fuerzas políticas, estamos en un país polarizado", afirmó a la agencia Reuters el analista político Andrés Calderón.

Fujimori, de 46 años, hija del ex presidente Alberto Fujimori, encarcelado por abusos contra los derechos humanos y corrupción, también pidió "prudencia, calma y paz a ambos grupos".

Un recuento favorable a Castillo

El recuento rápido de actas electorales no oficial realizado el domingo por la encuestadora Ipsos daba un empate técnico con Castillo ligeramente por delante al sacar 50.2% de los votos válidos frente al 49.8% de Fujimori.

El conteo rápido, que tiene un margen de error de 1%, "nunca se ha equivocado" en las elecciones presidenciales peruanas, destacó Fernando Tuesta, ex jefe de la ONPE.

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Se espera que el voto rural, más lento de contar, ayude a Castillo, aunque los votos no contados en el extranjero podrían ayudar a Fujimori.

"A no ser que el ajustadísimo escenario que muestran el conteo rápido resulte erróneo, parece que se avecinan varios días de gran incertidumbre", afirma el informe.

De este modo vuelve a repetirse el tenso y apretado final de las elecciones presidenciales de hace cinco años, cuando en 2016 Pedro Pablo Kuczynski ganó a la misma Keiko Fujimori por apenas 40,000 votos, al sacar el 50.12% de los votos frente al 49.88% de la hija y heredera política del expresidente Alberto Fujimori (1990-2000).

Así, todavía no se puede declarar ni a Fujimori ni a Castillo como ganador de las elecciones más polarizadas y divididas de la historia reciente democrática de Perú.

Si no hay contratiempos este lunes los resultados pueden alcanzar niveles irreversibles, pero no se descartan impugnaciones de votos, lo que retrasaría la definición en caso de una estrecha diferencia.

Una misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos (OEA) está en Perú vigilando los comicios, al mando de Rubén Ramírez, excanciller de Paraguay, y ha respaldado hasta ahora la labor de las autoridades electorales peruanas.

Dos visiones de país

Más allá de confrontar a dos candidatos cuyos partidos están situados a las antípodas del espectro ideológico político, estas elecciones han sido tomadas por la mayoría de los peruanos como un plebiscito sobre el modelo económico neoliberal que implantó el ex presidente Fujimori hace 30 años.

Los dos candidatos prometieron remedios muy diferentes para un país que ha sufrido escándalos de corrupción en los últimos años y una fuerte caída económica provocada por el brote de COVID-19 más mortífero del mundo por cantidad de habitantes.

Fujimori ha prometido seguir el modelo de libre mercado y mantener la estabilidad económica en Perú, segundo productor mundial de cobre, con "mano dura de madre".

Keiko Fujimori, casada y con dos hijas, puede acabar siendo la primera presidenta de Perú, meta para la que ha trabajado 15 años desde que asumió la tarea de reconstruir casi desde las cenizas el movimiento político derechista fundado por su padre en 1990.

Pero perder el balotaje no solo le implicaría su tercera derrota en las urnas, sino que tendrá que ir a juicio con riesgo de terminar en la cárcel.

Fujimori está bajo la lupa de la fiscalía por el caso de los aportes ilegales del gigante brasileño de la construcción Odebrecht, un escándalo que salpicó además a cuatro expresidentes peruanos. Ya estuvo 16 meses en prisión preventiva por esta causa.

Castillo, que se ha convertido en un paladín de los pobres, ha prometido reformular la Constitución para reforzar el papel del Estado y quedarse con una mayor parte de los beneficios de las empresas mineras.

El candidato salió del anonimato Fujimori está bajo la lupa de la fiscalía por el caso de los aportes ilegales del gigante brasileño de la construcción Odebrecht, un escándalo que salpicó además a cuatro expresidentes peruanos. Ya estuvo 16 meses en prisión preventiva por esta causa.

La tensa elección, que se produjo después de que Peru pasara por tres presidentes en una semana el año pasado, ha sacudido sus mercados de divisas y de deuda, mientras que las empresas mineras temen que Castillo pueda dar paso a una mayor intervención estatal en el sector.

Sin embargo, los analistas también afirman que quien gane tendrá un mandato debilitado, dadas las fuertes divisiones existentes en Perú, y se enfrentará a un Congreso fragmentado en el que ningún partido tendrá mayoría, lo que podría paralizar cualquier reforma importante.

El ganador asumirá su mandato el 28 de julio, día que Perú conmemorará los 200 años de su independencia, una fiesta enlutada por la crisis económica y sanitaria al registrar por la pandemia de COVID-19 más de 180,000 muertos que lo convierten en el país con la tasa de mortalidad más alta del mundo por el coronavirus.

La crisis sanitaria obligó el año pasado a semiparalizar la economía por más de 100 días, lo que acarreó una recesión y una caída del PIB de 11.12% en 2020.

Con información de AFP, EFE y Reuters

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