El jefe de Estado se encontraba en la zona en la segunda etapa de una mini gira que está haciendo por Francia para "tomarle el pulso" al país, según sus propias palabras, en el mismo mes de las elecciones regionales, que se celebrarán el 20 y el 27 de junio, y a un año de las presidenciales.
No es la primera vez que uno de sus encuentros directos con la población acaba con incidentes.
En marzo de 2017, cuando todavía era candidato presidencial, recibió el impacto de un huevo en una visita al Salón de la Agricultura de París, y en junio en junio de 2016, como ministro de Economía del socialista François Hollande, un grupo de sindicalistas hizo lo propio en Montreuil, en las afueras de la capital.
Un ambiente tenso en Francia
La reacción de la clase política no tardó en mostrar hoy su condena por este altercado.
Entre ellos, el primer ministro, Jean Castex, que se pronunció en la Asamblea Nacional: "La democracia es debate, diálogo, confrontación, expresión de desacuerdos legítimos, pero no puede ser en ningún caso violencia, agresión verbal y mucho menos agresión física", dijo.
Los líderes de la oposición también condenaron la agresión. El candidato de izquierda radical a la presidencia, el diputado Jean-Luc Mélenchon escribió en Twitter: "¿Empiezan a entender esta vez que la violencia pasa al acto? Me solidarizo con el presidente", señaló el líder de La Francia Insumisa.