El impacto del COVID en Túnez
Túnez vive su peor momento de la pandemia de COVID-19, lo que ha abonado a la crisis política.
El país registró el jueves 22 de julio un nuevo récord diario de decesos con 317 víctimas y superó la barrera de los 18,000 muertos desde el comienzo de la pandemia, la tasa de mortalidad más alta de África según la Organización Mundial de la Salud (OMS), informó este sábado el ministerio de Sanidad.
Este balance oficial reportó además 5,600 nuevos casos, que suman ya más de 563,000 positivos, y con una incidencia de cerca del 31%. El país se enfrenta a una cuarta ola del coronavirus, acelerada por la aparición de la variante Delta a finales de junio, que deja cada día entre 150 y 200 muertes.
Tras una reunión de urgencia celebrada este viernes por la noche, Saied, declaró que todos sus esfuerzos están destinados a la adquisición de vacunas y aseguró que un total de 5 millones de tunecinos serán inmunizados en las próximas semanas.
Una semana antes, el Ejecutivo hizo un llamamiento de ayuda internacional, a la que se han sumado ya una veintena de países como España, Francia, Italia, Arabia Saudita y China con donaciones de más de 4.5 millones de dosis, además de material médico, que permitirán reforzar la campaña de vacunación.
Mechichi, aún como primer ministro, cesó el martes de la semana pasada al ministro de sanidad Fouzi Mahdi, en el cargo desde hacía solo 11 meses, y pidió a la fiscalía tomar acciones contra el responsable tras una campaña de vacunación “anárquica” por no proveer de las dosis necesarias y sin coordinación con las fuerzas de seguridad.