“El aborto es increíblemente seguro para las personas embarazadas en Estados Unidos. Con 0.44 muertes por cada 100,000 procedimientos entre 2013 y 2017”, señala Amanda Jean Stevenson, profesor asistente de sociología en la Universidad de Colorado Boulder y responsable de la investigación.
Agrega que, por el contrario, en 2019 se produjeron 20.1 muertes por cada 100,000 nacidos vivos.
“En EU las muertes relacionadas con el embarazo ocurren por muchas razones, que incluyen infecciones cardiovasculares, infecciones y hemorragias causadas o empeoradas por el embarazo o el parto”, señala.
Prohibición del aborto en Texas y sus consecuencias si se extiende
Luego de que el gobierno de Texas redujera el tiempo en el que una mujer puede acceder a la interrupción legal del embarazo, otros estados anunciaron que podrían seguir sus pasos; sin embargo, Stevenson apunta que esto sería un gran error.
“Descubrí que si Estados Unidos pone fin a todos los abortos en todo el país, las muertes relacionadas con el embarazo aumentarán sustancialmente”.
De acuerdo con la investigadora, una estimación “conservadora” es que el número anual de muertes relacionadas con el embarazo aumentarán 21% en lo general, lo que se traduce en 140 muertes adicionales.
“Entre las mujeres negras no hispanas, este porcentaje aumentaría un 33%, causando 78 muertes adicionales y exacerbando la actual crisis de salud materna negra en EU”, dijo.
La tasa de mortalidad relacionada con el embarazo para las mujeres negras no hispanas es aproximadamente tres veces más alta que para las mujeres blancas no hispanas y las mujeres hispanas o latinas. De acuerdo con Stevenson esto se debe “probablemente al racismo estructural, sesgos en la provisión de atención médica y disparidades en el acceso a la atención médica”.