Un mensaje que busca “tranquilizar”
Los primeros en aludir a ese concepto de guerra nuclear imposible de ser ganada por nadie fueron los entonces mandatarios Mijaíl Gorbachov y Ronald Reagan (de la Unión Soviética y de Estados Unidos, respectivamente) y lo hicieron en Ginebra en 1985.
Sin embargo, "nunca había sido retomado por el grupo de los cinco", subrayó Marc Finaud, experto en proliferación armamentística del Centro Político de Seguridad de Ginebra (GCSP).
"Tomaron la delantera y aceptaron recuperar esa doctrina", reclamada por numerosos países y sociedades civiles, añadió Finaud en declaraciones a la AFP.
Según él, los signatarios quieren "tranquilizar" a la gente, "decirle al mundo que todas las preocupaciones por el riesgo de una guerra nuclear no tienen fundamento”.
De hecho, en los últimos meses no han faltado las declaraciones sobre la volatilidad de la geopolítica mundial, a raíz de las tensiones entre China y Estados Unidos sobre Taiwán y el Indopacífico; los movimientos militares en Ucrania y otras crisis registradas en Oriente Medio, consecuencias devastadoras del COVID-19.
“Destrucción nuclear”
El secretario general de la ONU, António Guterres, había dado la voz de alarma en diciembre en una tribuna.
"Habida cuenta del almacenamiento de más de 13,000 armas nucleares en los arsenales de todo el mundo, ¿cuánto durará nuestra suerte?", se preguntó.
"La destrucción nuclear es una espada de Damocles: bastaría un malentendido o un error de apreciación para provocar no solo el sufrimiento y la muerte a una escala espantosa, sino también el fin de toda vida sobre la Tierra”.
El TNP, que entró en vigor en 1970 para impedir la propagación de armas nucleares, está integrado por 191 Estados.
Los cinco firmantes son los cinco Estados jurídicamente reconocidos como "dotados del arma nuclear" por el tratado.
Otros tres países considerados poseedores de la bomba atómica (India, Pakistán e Israel) son no-firmantes. Corea del Norte, por su parte, ha denunciado el TNP.
Con información de AFP y EFE