Los demócratas quieren sacar a Estados Unidos de conflictos prolongados y concentrar sus fuerzas en una China en ascenso, que tanto las administraciones de Biden como de Trump han descrito como el principal desafío del siglo XXI.
Aunque Belin advirtió que retirarse también tiene consecuencias, como sucedió con la salida de Afganistán "al costo de una debacle", que, dice, puede incluso haber empujado a Putin a "aprovechar" la situación.
Por lo demás, sobran los desafíos para desviar a Biden de su prioridad, tanto nuevos como de larga data.
Irán ocupa un lugar preponderante, ya que Biden necesita un acuerdo para culminar las conversaciones con Teherán con el objetivo de salvar un acuerdo nuclear de 2015 y evitar otra crisis.
Rusia, Irán y EU intentan salvar el programa nuclear de Teherán
Aquí también probablemente sea acusado de debilidad, incluso entre los demócratas, sobre el sensible tema de contener el programa nuclear de Irán.
Al mismo tiempo, Estados Unidos parece por ahora estar haciendo la vista gorda ante la reciente serie de lanzamientos de misiles de Corea del Norte.
Sobre China, aunque Biden ha mantenido la línea dura adoptada por su predecesor Trump, algunos conservadores continúan criticándolo por su voluntad de entablar un diálogo sobre temas climáticos o su negativa a boicotear los Juegos Olímpicos de Pekín por completo.
Para Schake, no obstante, "Biden no es más débil con respecto a China o Corea del Norte que la administración anterior".