Las fuerzas de seguridad iraníes dispararon contra los manifestantes y mataron a decenas de personas la semana pasada en Zahedán, ciudad de la provincia de Sistán Baluchistán, en el sureste de Irán, en momentos en que el país está siendo sacudido por una ola de protestas, acusan varias organizaciones.
Por su parte, los medios de comunicación cercanos al poder iraní describieron los enfrentamientos de Zahedá —que comenzaron el 30 de septiembre después de la oración del viernes— como un "incidente terrorista" dirigido contra una comisaría de policía y que condujo a la muerte de cinco miembros de la Guardia Revolucionaria, el ejército ideológico del régimen.