El brazalete arcoíris en apoyo a la comunidad LGBTQ+ se convirtió en motivo de discordia en el Mundial, después de que la FIFA impidiera a los capitanes de las selecciones europeas que lo llevaran en los partidos en Qatar, donde las relaciones homosexuales están prohibidas.
La Copa del Mundo quedó marcada por esta cuestión tras las declaraciones del presidente de la FIFA, Gianni Infantino, de "hoy me siento gay" y la decisión tomada días después de impedir a los jugadores de selecciones europeas que lleven el brazalete "One love" en apoyo a las personas LGBTQ+ (lesbianas, gays, bisexuales, trans, 'queer' y otros).