La temperatura alcanzó los 25.1ºC en el aeropuerto de Bilbao, en el País Vasco español. La gente disfrutaba del sol sentada frente al Museo Guggenheim de Bilbao o paseando por el río Nervión.
"Aquí siempre llueve mucho, hace mucho frío, estamos en enero y parece verano", dijo Eusebio Folgeira, bilbaíno de 81 años.
La turista francesa Joana Host dijo: "Hace buen tiempo para montar en bicicleta, pero sabemos que es como si el planeta estuviera ardiendo. Así que lo estamos disfrutando pero al mismo tiempo tenemos miedo”.
Alemania recibió el año nuevo con las temperaturas más altas registradas hasta ahora en esa noche especial: 18 grados marcaron los termómetros en Berlín, mientras que en Baviera y Renania del Norte-Westfalia (sur y oeste) se notificaron asimismo máximas extrañamente altas, de 16 y 17 grados, respectivamente.
En los días siguientes han bajado algo las temperaturas, hasta caer a 7 grados en la capital, lo que de todos modos no es normal en un país donde el año nuevo se solía recibir ante lagos helados o en paisajes nevados.
La máxima récord en una noche de Fin de Año se marcó en 2021, con un 15.1 grados en la región de Brandeburgo, que envuelve Berlín, según datos del Servicio Meteorológico Alemán (DWD).
Polonia tuvo su propio récord, con 18.9 grados para el primer día del año de 2023 en Varsovia, mientras que en la capital de Ucrania, Kiev, se alcanzó el 2 de enero un nuevo récord: por primera vez en 143 años de observaciones se registró una temperatura media de 9,4 grados, con máximas de 13.2 °C y mínimas que no bajaron de los 6.9, según el Observatorio Geofísico Central Borys Sreznevsky.