La ayuda, bajo control de al Asad
Esta ayuda se quedará en la zona controlada por el gobierno de Damasco y en principio no será compartida en el área bajo control de los insurrectos que desataron una guerra civil en Siria, que dura ya casi doce años.
El embajador sirio en la ONU, Bassam Sabbagh, aseguró el lunes que esta ayuda sería "para todos los sirios en todo el territorio". Pero puso una condición: que esta asistencia sea distribuida desde el interior del país, bajo control gubernamental.
"Los accesos a partir de Siria existen, pueden coordinarse con el gobierno y estamos dispuestos a hacerlo", precisó el diplomático, rechazando la posibilidad de llevar la ayuda por los accesos transfronterizos.
La ayuda es crucial porque "la situación de la población ya era dramática", insiste el profesor Raphaël Pitti, un responsable de la organización francesa Mehad, especialmente preocupado por la provincia de Idlib.
Uno de los principales problemas es el acceso a este último bastión controlado por rebeldes y yihadistas, donde viven 4.8 millones de personas, dice.
La ministra alemana de Asuntos Exteriores, Annalena Baerbock, demandó este martes que la ayuda humanitaria pueda llegar a todas las víctimas del terremoto en el norte de Siria, incluso a los opositores al régimen de Damasco, y prometió donaciones para las ong que se encuentran sobre el terreno, incluyendo un primer millón de euros para Malteser International.
"Todos los actores internacionales, incluida Rusia, deberían aprovechar su influencia sobre el régimen sirio para que llegue la ayuda humanitaria destinada a las víctimas", comentó la ministra alemana de Exteriores, Annalena Baerbock.
Para Raphaël Pitti, las zonas bajo la autoridad de Damasco recibirán probablemente ayuda internacional. "Como siempre ha sucedido desde hace 10 años", puntualiza.
Con información de AFP y EFE