Biden saludó además el compromiso de Canadá de acoger a 15,000 migrantes provenientes del continente Americano.
En el trasfondo de este entendimiento, está la cuestión de "Roxham", una vía de paso irregular por la cual unos 40,000 inmigrantes llegaron desde Estados Unidos a Quebec el año pasado, esquivando así los puntos oficiales de entrada.
Su cierre preocupa a las ONG de apoyo a los migrantes. "El impacto sobre refugiados en peligro extremo es devastador. El resultado será empujar a la gente a intentar travesías todavía más peligrosas en zonas aisladas" o empujarlos hacia traficantes de personas, deploró Julia Sande, de Amnesty Internacional, a la AFP.
Estas llegadas caldearon el ambiente político en Canadá, un país donde este problema es relativamente nuevo, y provocó cierta tensión con Washington.
En la Casa Blanca aseguran entender las preocupaciones canadienses pero señalan que el tema también es de actualidad en Estados Unidos, en proporciones bastante diferentes.
En enero, las autoridades estadounidenses realizaron más de 128,000 arrestos por intentos de ingresar ilegalmente a territorio nacional desde México, y la derecha republicana no pierde oportunidad de acusar a Biden de laxitud ante el fenómeno migratorio.
Reportes previos al encuentro indicaban que, a cambio del cierre de Roxham Road, Ottawa aceptaría recibir a unos 15,000 solicitantes de asilo de América Latina a través de canales legales como terminó de anunciarse. La medida aliviaría la presión en la frontera sur estadounidense.