El país está polarizado entre los dos principales candidatos, el presidente islamoconservador Erdogan, de 69 años, en el poder desde hace veinte, y su oponente Kemal Kiliçdaroglu, de 74, jefe de un partido socialdemócrata laico, el CHP.
Para asegurarse la victoria en la primera vuelta necesitan al menos el 50% de los votos más uno.
Los últimos sondeos prevén una ajustada victoria del líder de la oposición, el socialdemócrata Kemal Kiliçdaroglu sobre Erdogan, aunque es posible que ninguno de los dos logre en esta primera vuelta de las presidenciales la mayoría absoluta que evitaría una segunda ronda dentro de dos semanas.
Un tercer candidato, el nacionalista Sinan Ogan, no obtendrá más del 3 %, suficiente para restar a los dos candidatos con opciones los votos necesarios para lograr esa mayoría.
La campaña electoral ha sido muy tensa, con Erdogan llegando a comparara estas elecciones con el fallido golpe de Estado que sufrió en 2016, algo que ha despertado los temores de que el presidente no acepte una eventual derrota, o de que sus partidarios provoquen disturbios que dificulten una entrega ordenada del poder.
Erdogan prometió respetar el resultado en las urnas, que será monitoreado por cientos de miles de observadores electorales de ambos bandos, en los que siempre ha basado su legitimidad.