Pero con Trump, la construcción del muro adoptó un nuevo tinte.
El día que anunció sus intenciones de lanzarse a la presidencia de Estados Unidos, en 2015, el magnate inmobiliario dijo que México no enviaba a sus mejores personas al país norteamericano, sino que enviaba a “ladrones” y “violadores”. Ese fue el primer aviso del tono antiinmigrante que su campaña y su presidencia tendrían.
"Voy a construir el muro más grande que jamás hayan visto. Será un muro de Trump, un muro magnífico", aseguró el magnate inmobiliario durante la campaña presidencial de 2016.
La barrera, a lo largo de los 3,200 kilómetros de frontera con México, tenía por objeto proteger al país de los migrantes ilegales, los delincuentes y los narcotraficantes, dijo.
México "pagará el muro, 100%", aunque los mexicanos "no lo sepan todavía", prometió.
"Promesa hecha, promesa cumplida", dijo la Casa Blanca en enero de 2021, mientras Donald Trump viajaba a Texas para celebrar la finalización de más de 700 kilómetros del muro. Pero un tercio de la frontera ya tenía un muro o barrera antes de que Trump llegara al poder, el 20 de enero de 2017.
Los avances hechos durante el gobierno de Trump fueron principalmente mejoras o refuerzos de estructuras existentes. De acuerdo con los medios estadounidenses, solo unos 20 kilómetros serían nuevas construcciones.