El juicio empezó el 10 de octubre en Mánchester (norte). Los bebés fueron identificados con letras, de la A a la Q, para proteger a las familias. Hubo padres que testificaron, a menudo entre lágrimas.
La defensa describió a Letby como una profesional "entregada". "Mi trabajo era mi vida", insistió.
El fiscal Nick Johnson reconstituyó minuciosamente su organización y describió hechos similares entre las muertes.
Letby atacaba a los recién nacidos después de que sus padres se fueran, cuando la enfermera jefe se alejaba o de noche cuando estaba sola, explicó el fiscal.
A veces se unía a los esfuerzos del personal para salvar a las criaturas, o ayudaba a los padres desesperados.
Entre las víctimas figuran gemelos e incluso trillizos, de los cuales murieron dos con 24 horas de diferencia, tras su regreso de vacaciones de Ibiza en junio de 2016. El tercero se salvó porque sus padres suplicaron que fuera trasladado a otro hospital.
"Incontrolable"
Tras haber cometido tantos crímenes sin llamar la atención, la enfermera estaba "incontrolable", afirmó el fiscal. "Se creía Dios".
Una niña muy prematura, atacada tres veces en septiembre de 2015, ha quedado con grandes discapacidades.
"No merezco vivir. Los maté adrede porque no era suficientemente buena para ocuparme de ellos. Soy una persona horrible", escribió la enfermera en una nota encontrada en su casa en 2018. En otros documentos, decía que era inocente.