El Congreso tiene dos cámaras: el Senado, donde los demócratas del presidente Joe Biden son mayoría, y la Cámara de Representantes, en manos de los republicanos.
La institución no tiene presidente desde la histórica destitución de Kevin McCarthy el 3 de octubre, que le privó de muchas de sus prerrogativas como la adopción de medidas de apoyo a Israel o Ucrania.
Por tener mayoría los conservadores son responsables de elegir a su presidente pero llevan semanas sin ponerse de acuerdo sobre un sucesor de Kevin McCarthy.
Después de numerosas negociaciones, Jim Jordan, miembro del ala más conservadora del partido, es actualmente el único candidato republicano en liza pero no logró suficiente apoyo durante una votación en sesión plenaria en el hemiciclo.
Veinte congresistas republicanos, en su mayoría moderados que critican a Jim Jordan por sus posiciones extremas, votaron en contra de él.
Sus detractores le reprochan además que nunca lograra que se aprobara el más mínimo proyecto de ley en su nombre pese a ser congresista desde 2006.
Y, según varias clasificaciones, se le considera uno de los congresistas menos productivos de la cámara.
La elección podría durar días. Kevin McCarthy, por ejemplo, tuvo que luchar durante 15 rondas y hacer muchas concesiones para conseguirlo.
Los republicanos quieren evitar a toda costa revivir esta humillante situación, captada a principios de año por las televisiones de todo el país. Hasta ahora, en vano.