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Bernardo Arévalo asume la presidencia de Guatemala tras horas de retraso

El nuevo gobernante enfrentó un intento de última hora de los legisladores de la oposición para debilitar sus autoridad. Promete combatir a la corrupción.
lun 15 enero 2024 01:30 PM
El nuevo presidente de Guatemala, Bernardo Arevalo, saluda después de prestar juramento durante su ceremonia de inauguración en el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias en la Ciudad de Guatemala, en la madrugada del 15 de enero de 2024.
Arévalo enfrenta grandes retos como líder de la nación más poblada de Centroamérica, donde ha prometido llevar a cabo reformas radicales y hacer frente al aumento del costo de la vida y de la violencia.

El abanderado de la lucha contra la corrupción Bernardo Arévalo asumió la presidencia de Guatemala en la madrugada del lunes, tras una investidura caótica provocada por un intento de última hora de los parlamentarios de la oposición de debilitar su autoridad.

Tras un retraso de casi nueve horas, Arévalo y la vicepresidenta Karin Herrera hicieron su primera aparición en el Palacio Nacional de la Cultura para saludar a una multitud que se había congregado en la Plaza de la Constitución de la capital.

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Desde el balcón del Palacio Nacional, en el centro de la capital, Arévalo pidió a los guatemaltecos acompañarlo en su gestión para rescatar las instituciones del país de la "corrupción" y lograr el desarrollo social en este empobrecido país centroamericano.

"Inician hoy cuatro años de un mandato que seguramente estará marcado por una serie de obstáculos, muchos de los cuales no podemos prever en este momento", admitió. "Sabemos que el cambio puede ser difícil", agregó.

En su discurso, Herrera dijo que espera que la nueva administración fuera el "Gobierno del cambio", y que no estaría conforme hasta que Guatemala empezara a ser testigo de más justicia, igualdad y oportunidades para los ciudadanos menos favorecidos.

Compromiso de “transformar” Guatemala

El presidente, sociólogo, exdiplomático y filósofo de 65 años, vaticinó que su gobierno se hallará "en la necesidad de tomar decisiones difíciles" y enfrentará "momentos de duda y temor”.

"En los próximos años, la tentación de confrontar y aumentar nuestras diferencias será recurrente. Este periodo conllevará la posibilidad de cometer errores" y recibir críticas, dijo.

No obstante, reiteró su compromiso de "transformar", no solo las instituciones del Estado, sino también la "realidad cotidiana" de los guatemaltecos.

"No más corrupción, no más exclusión", dijo el presidente, con la banda presidencial cruzada en el pecho y frente una multitud de seguidores que celebraron y bailaron al ritmo de grupos musicales.

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Arévalo se comprometió con los pueblos indígenas de Guatemala a “no dejarlos atrás” y prometió “no más discriminación, no más racismo”. Más del 40% de la población de Guatemala son indígenas, principalmente mayas.

Los indígenas guatemaltecos han sufrido históricamente discriminación y pobreza, y el 80% de sus niños no tienen acceso adecuado a alimentos nutritivos, según estudios de la ONU.

Arévalo recibe a una Guatemala con 60% de sus 17.8 millones de habitantes en la pobreza, uno de los índices más altos de América Latina que lleva a miles a emigrar, principalmente a Estados Unidos.

"Va a ser muy complicado gobernar, responder a las expectativas de la gente, que pide enfrentar a los corruptos y atención de su situación socioeconómica", aseveró Luis Linares, de la Asociación de Investigaciones y Estudios Sociales, a la agencia AFP.

La inesperada victoria electoral de Arévalo en agosto se consideró un momento decisivo para Guatemala, donde este hombre de 65 años se ha erigido como defensor de la democracia y líder de un movimiento progresista empeñado en remodelar un panorama político dominado durante mucho tiempo por los partidos conservadores.

Arévalo sustituye al conservador Alejandro Giammattei, cuyo gobierno se vio envuelto en escándalos de corrupción y cuyos aliados intentaron repetidamente socavar la victoria electoral de Arévalo, retrasando la transición. Giammattei no asistió a la ceremonia de investidura.

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El nuevo presidente enfrenta grandes retos como líder de la nación más poblada de Centroamérica, donde ha prometido llevar a cabo reformas radicales y hacer frente al aumento del costo de la vida y de la violencia, dos factores clave de la emigración a Estados Unidos.

El padre de Arévalo, Juan José Arévalo, fue el primer presidente de Guatemala elegido democráticamente en 1945, pero su sucesor fue derrocado en un golpe militar respaldado por Estados Unidos.

¿Qué pasará con la fiscal?

Desde que pasó sorpresivamente en junio a la segunda vuelta electoral, prometiendo combatir a los corruptos, la Fiscalía emprendió una ofensiva con la que buscó retirarle su inmunidad, desarticular su partido y anular los comicios, argumentando anomalías electorales.

Arévalo, que calificó las acusaciones de espurias, afirmó que una de las primeras tareas como presidente será pedirle la renuncia a la fiscal general Consuelo Porras, a la cabeza de esa arremetida y sancionada por Washington por "corrupción" y por "socavar la democracia”.

"El primer obstáculo es la Fiscalía. Es muy importante que salga la fiscal general que ha sido la operadora principal del pacto de corruptos", declaró a la AFP Manfredo Marroquín, cofundador de Acción Ciudad, versión local de Transparencia Internacional.

Porras fue nombrada por el expresidente Jimmy Morales y ratificada en el cargo, hasta 2026, por el gobernante saliente Alejandro Giammatti, ambos vinculados con sectores corruptos. El mandatario no tiene la facultad de destituirla.

Apoyo de la comunidad internacional

El nuevo presidente parece contar con el apoyo de la comunicad internacional. Este lunes, el presidente Joe Biden, felicitó a Arévalo, y destacó su investidura como "testimonio" del "compromiso compartido con la democracia y la voluntad del pueblo”.

De acuerdo con un comunicado de la Casa Blanca, afirmó que espera que continúe la sólida asociación entre ambos países para "promover los derechos humanos, reforzar la seguridad civil, combatir la corrupción, abordar las causas profundas de la migración y ampliar las oportunidades económicas".

La canciller mexicana, Alicia Bárcena, que asistió a la toma de posesión y la tildó de "emocionante", describió al nuevo gobierno como una entidad progresista y transformadora en un mensaje en sus redes sociales.

Por su parte Luis Almagro, jefe de la Organización de Estados Americanos (OEA), felicitó a Arévalo y Herrera, declarando a través de las redes sociales que "la democracia ha triunfado”.

Pero Jordán Rodas, exprocurador de derechos humanos, exiliado en Washington, aseguró que Arévalo tendrá una tarea difícil. "Va a estar nadando en un pantano, dentro de una fauna salvaje, herida también", dijo a la AFP.

"No hay que pestañear, porque los políticos criminales no cejan en sus intentonas ilegales y antidemocráticas", advirtió Carmen Aída Ibarra, del movimiento ciudadano ProJusticia.

Marroquín recordó que la población votó por Arévalo por su promesa anticorrupción. "Debe dar resultados rápidos en la depuración de las redes de corrupción, plazas fantasmas que se crearon para saquear el Estado".

Con información de AFP y Reuters

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