"El potencial para la ira, la división, la violencia política (...) todo ese trabajo preliminar se está preparando de nuevo".
Un portavoz de Trump rechazó esas preocupaciones sin abordar directamente las preguntas de Reuters sobre la perspectiva de que Trump impugne los resultados electorales o el espectro de la violencia política.
"El presidente Trump siempre ha abogado por unas elecciones libres y justas en las que se cuenten todos los votos legales y se erradique cualquier caso de fraude", dijo el portavoz de la campaña de Trump, Steven Cheung. "Los demócratas son la verdadera amenaza existencial para la democracia".
La clave: avivar el temor
Algunos de los aliados más prominentes de Trump están ayudando a plantar semillas de duda sobre las elecciones en las mentes de sus partidarios.
El principal republicano del Congreso, el presidente de la Cámara de Representantes Mike Johnson, presentó la semana pasada el proyecto de ley destinado a prohibir que los no ciudadanos voten en las elecciones federales. La legislación, que probablemente morirá en el Senado, liderado por los demócratas, fue un claro intento de ayudar a la campaña de Trump, que ha afirmado falsamente que los demócratas están permitiendo la entrada de inmigrantes en el país para aumentar su apoyo electoral.
A principios de este mes, dos de los posibles compañeros de fórmula de Trump —el senador Tim Scott, de Carolina del Sur, y el gobernador de Dakota del Norte, Doug Burgum— no quisieron en entrevistas televisivas comprometerse a aceptar los resultados en noviembre.