"Robert H. Biden eligió comprar ilegalmente un arma de fuego" cuando "era un usuario de crack y un drogadicto", agregó Hines, mientras era exhibida una imagen del revolver Colt Cobra calibre .38 en cuestión.
El fiscal reprodujo fragmentos de las memorias de Hunter Biden "Beautiful Things", grabados por él mismo, en los que recuerda momentos de su adicción en los que buscaba desesperadamente crack.
"Cocinaba (el crack) y fumaba. Cocinaba y fumaba", afirma el fragmento reproducido en la corte, extraído del audiolibro.
El miércoles, el jurado escuchó el testimonio de Kathleen Buhle, exesposa de Hunter Biden. Contó que en 2015 descubrió una pipa para fumar crack en el porche lateral de su casa, y que le preocupó que su hija la pudiera encontrar. La pareja se divorció en 2017.
Más temprano, la agente especial del FBI, Erika Jensen, testificó sobre cómo los investigadores recabaron pruebas de una computadora portátil abandonada, entre las que había fotografías que aparentemente mostraban drogas. Evidencia de la que se han valido los republicanos para desacreditar a la familia Biden.
El tribunal también escuchó el testimonio de Zoe Kestan, quien sostuvo una relación con Hunter Biden en 2017 y 2018, en el que recordó que él fumaba crack "más o menos cada 20 minutos".
Los fiscales mostraron al jurado imágenes de ambos, en las cuales aparece Hunter Biden con una pipa de vidrio en la mano.