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Narendra Modi inicia un tercer gobierno en India sin el aura de ser invencible

El primer ministro comienza un nuevo mandato obligado a gobernar en coalición, después de que su partido perdiera la mayoría absoluta.
mié 12 junio 2024 04:04 AM
El primer ministro de la India, Narendra Modi, muestra a los medios de comunicación una carta que recibió del presidente de la India, Droupadi Murmu, invitándolo a formar un nuevo gobierno después de reunirse con ella en el Palacio Presidencial de Nueva Delhi, India, el 7 de junio de 2024.
Narendra Modi juró su cargo el domingo y dirigirá por tercera vez el país más poblado del mundo.

El primer ministro indio, Narendra Modi, presentó este lunes su gobierno de coalición, después de que su partido nacionalista hindú perdiera la mayoría absoluta tras un sorpresivo revés electoral en unas maratonianas elecciones generales en abril y mayo.

Modi juró su cargo el domingo y dirigirá por tercera vez el país más poblado del mundo, miembro de los BRICS junto a Brasil, China, Rusia y Sudáfrica, entre otros.

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El resultado se considera un revés para el líder, ya que las encuestas y los sondeos a pie de urna habían pronosticado que el Bharatiya Janata Party (BJP), el partido de Modi, iba a sumar incluso más escaños que en 2019. Estaban equivocados.

La coalición de Modi tiene ahora 293 de los 543 escaños del Parlamento. El BJP había conseguido 240 legisladores, a 32 escaños de la mayoría absoluta.

Junto con sus socios de coalición, el BJP solo conserva el poder con una escasa mayoría de 21 escaños.

“Por primera vez en una década ambos, el primer ministro y su partido, ya no parecen invencibles”, señala Ian Hall, profesor en Relaciones Internacionales de la Universidad de Griffith en Australia, en un artículo para The Conversation.

El BJP, lejos de ser un partido todo poderoso

Los triunfos del BJP en las elecciones de 2014 y 2019, después de décadas de gobiernos de coalición inestables, parecía apuntar a una era en la política de India, dominada por el BJP y su ideología nacionalista hindú: la hindutva.

A pesar de mantener resultados muy competitivos y seguir siendo el partido más votado de las elecciones, con 35.6% de votos y 240 legisladores de los 545 que componen la Cámara Baja, esto se encuentra muy lejos de los triunfos aplastantes que el Congreso Nacional Indio (INC), el partido del libertador Jawaharlal Nehru, obtuvo entre 1952 y 1967.

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Para gobernar, está condenado a apoyarse en los pequeños partidos regionales para construir una mayoría y tendrá que tener en cuenta sus reivindicaciones, una situación de alto riesgo para la actual dirección del BJP, nada acostumbrada a este tipo de operaciones.

Es probable que el nuevo mandato de Modi como primer ministro esté plagado de retos a la hora de crear consenso sobre cuestiones políticas y normativas polémicas frente a los diferentes intereses de los partidos regionales y una oposición más fuerte, según analistas.

El lunes juraron los 71 miembros del gobierno de Modi, 11 de los cuales pertenecen a sus socios de la Alianza Democrática Nacional (NDA), una agrupación de 15 formaciones políticas con las que tuvo que negociar para formar un gobierno.

Cinco de ellos ocuparán los 30 primeros puestos del gabinete, aunque el partido de Modi, seguirá dominando la lista a través de su vieja guardia, lo que augura cierta continuidad política.

Los ministros Rajnath Singh, Amit Shah, Nitin Gadkari, Nirmala Sitharaman y S.Jaishankar conservarán respectivamente sus carteras de Defensa, Interior, Transporte, Finanzas y Relaciones Exteriores.

El poderoso presidente del BJP, Jagat Prakash Nadda, fue nombrado ministro de Salud.

Entre las carteras otorgados a la coalición están la de aviación civil, que será ocupada por Kinjarapu Rammohan Naidu del Partido Telugu Desam (TDP), el mayor aliado del BJP.

Otros puestos ofrecidos a la coalición incluyen ministerios menores como los de Industria pesada, Procesamiento de alimentos y Pesca.

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El nacionalismo hindú pierde fuerza

El BJP surgió como actor principal de la política india a finales de los años ochenta, aprovechando las crecientes tensiones religiosas entre la mayoría hindú y la minoría musulmana, sobre todo en los estados del cinturón hindi.

“El BJP no tiene solo como objetivo desarrollar a India, sino también garantizar que todos los aspectos de la sociedad india reflejen lo que ve como los valores de la mayoría hindú”, indica Hall en su artículo.

Esta estrategia le permitió poco a poco establecerse y luego convertirse en hegemónico en esa zona central, extendiendo gradualmente su influencia a otras partes del país.

La culminación de la implantación del BJP en el cinturón hindú estuvo marcada por la inauguración del templo del dios Ram en Ayodhya, el 22 de enero de este año, un evento que sirvió de lanzamiento informal de la campaña electoral de Narendra Modi.

Sin embargo, los resultados electorales parecen indicar que el impacto de la polarización religiosa promovida por Narendra Modi está disminuyendo.

Aunque el BJP utilizó mucho esta carta durante la campaña, llegando el primer ministro a comparar a los musulmanes con “infiltrados” que esperaban superar en número a la mayoría hindú gracias a su demografía, los resultados esperados de este año no llegaron.

“Los problemas cotidianos de los trabajos, la vivienda y otras necesidades de este tipo se aparecieron y estas son las cosas que más le importan a la gente”, dijo Sumit Ganguly, profesor de Ciencias Políticas y Cátedra Tagore en Culturas y Civilizaciones Indias de la Universidad de Indiana, en entrevista para The Conversation.

“No se dio cuenta de que en un país donde solo el 11.3 % de los niños obtienen una nutrición adecuada, el orgullo hindú no se puede comer; en última instancia, lo que importa es el precio de las patatas y otros artículos esenciales”, agregó.

La economía, un problema para Modi

Modi logró un crecimiento sin precedentes en el mundo y elevó la posición global de India. En 2022, el último año en el que el Banco Mundial tiene registro, el PIB de India creció 7.2%, un crecimiento muy superior al de las potencias occidentales.

Sin embargo, el primer ministro parece haber perdido respaldo en el país, ya que la falta de puestos de trabajo, los altos precios, los bajos ingresos y las divisiones religiosas hicieron caer su popularidad.

Por otra parte, los aparentes éxitos económicos de India no han beneficiado a la población de manera equitativa. La economía de India ha crecido “en forma de K”, es decir, favorece a los sectores más ricos de la población en detrimento de las clases trabajadoras.

En India el número de multimillonarios está creciendo de manera exponencial. El año pasado 200 indios aparecieron en el listado de multimillonarios de la revista Forbes, un máximo histórico. Mumbai ha sustituido a Beijing como la capital de los mil millonarios de Asia, de acuerdo con el diario inglés The Guardian.

De acuerdo con un informe del Laboratorio Mundial de Desigualdad escrito por el economista Thomas Piketty y otros, el 1% más rico de la India posee más del 40% de la riqueza del país.

El documento encuentra evidencia que sugiere que el sistema de impuesto sobre la renta de India podría ser regresivo cuando se ve desde la lente de la riqueza neta.

El BJP había hecho otras grandes promesas para un tercer mandato de Modi, como hacer que la India sea más autosuficiente y resistente a los choques globales, así como mejorar su infraestructura, generar más energía y atraer más inversión extranjera en la fabricación.

Al partido de Modi le faltaba un plan creíble para impulsar el empleo y frenar la inflación, lo que pudo alejar a los electores. “El historial del BJP en ambas áreas no es bueno”, indica Hall.

India enfrenta el reto de crear puestos de trabajo para su creciente población joven, quienes pueden constituir la base de un crecimiento económico importante para el país, si no se deja perder este bono demográfico.

Aunque su población en edad de trabajar es de aproximadamente 1,000 millones, India tiene solo 430 millones de puestos de trabajo, de acuerdo con el Centro para el Monitoreo de la Economía de la India, una institución de investigación independiente en Mumbai.

Y la mayoría de los que se cuentan como empleados están atrapados en circunstancias precarias como jornaleros y trabajadores agrícolas, que carecen de salarios confiables y de protecciones en el lugar de trabajo del gobierno.

El 50% de las personas con menores ingresos luchan con la falta crónica de empleos decentes, señala un reporte de The Guardian.

"Ha habido la sensación de que el crecimiento del empleo ha sido débil en los últimos cuatro o cinco años", dijo Arvind Subramanian, exasesor económico jefe de la administración Modi, y ahora miembro sénior del Instituto Peterson de Economía Internacional en Washington en entrevista con The New York Times.

“¿Cómo se crean más puestos de trabajo? Este es realmente el desafío económico central de India, pero creo que el gobierno se encontrará con herramientas relativamente limitadas”, indicó.

Durante los últimos años, India ha batallado para ofrecer suficiente trabajo para su población, ya que la mayoría de su economía sigue basada en sectores poco productivos. A diferencia de otras economías de Asia, como la de Corea del Sur, China y Tailandia, India no ha desarrollado su industria manufacturera.

En cambio, India se ha enfocado históricamente en la autosuficiencia, un desdén por el comercio internacional y una burocracia enorme que ha desalentado la inversión.

"Todo el asunto de la fabricación pasó por alto a la India", dijo Subramanian al diario neoyorquino, “Es ese mayor fracaso de desarrollo que sigue acosando a India".

Esta situación ha provocado que miles de jóvenes indios migren cada año, incuso a zonas de conflicto, de acuerdo con el académico de la Universidad de Griffith.

Además, necesita estabilizar los precios, que han aumentado a una tasa anual del entre 5 y 6% en los últimos años. Este fenómenos ha afectado de manera desproporcionada a las familias más pobres.

A algunos analistas les preocupa que el equilibrio fiscal de la economía de más rápido crecimiento del mundo pueda verse sometido a presiones, debido a las demandas de mayores fondos para el desarrollo de los estados gobernados por los socios regionales de la NDA y a un posible impulso del BJP para gastar más en bienestar social para recuperar los votantes perdidos.

Con información de AFP y Reuters

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