"La Quinta República está colapsando", dijo la manifestante Manon Bonijol. "Votar (en el parlamento) será inútil mientras Macron esté en el poder", añadió la joven de 21 años.
El líder de extrema izquierda Jean Luc Mélenchon, cuyo partido Francia Insumisa (LFI) y aliados pertenecen al bloque de izquierda, afirmó que la elección fue "robada a los franceses" y los llamó a salir a las calles.
El sábado instó a sus seguidores a prepararse para la batalla. "No habrá pausa", prometió.
"La democracia no es solo el arte de aceptar que has ganado, también es la humildad de aceptar que has perdido", dijo Mélenchon desde un camión en la protesta de París.
"Bajo vigilancia"
La alianza de izquierda quería que Lucie Castets, una economista de 37 años, se convirtiera en primera ministra, pero Macron desechó la idea, argumentando que no sobreviviría a una votación de confianza en el parlamento dividido.
Desde la extrema derecha, Jordan Bardella, presidente de la Agrupación Nacional (RN) advirtió a Barnier que el nuevo gobierno correrá el riesgo de ser censurado si no toma en cuenta las demandas de su formación.
"Espero que el primer ministro y el futuro gobierno no sólo sean capaces de ponerse manos a la obra, sino que también estén atentos a las exigencias que ahora son nuestras", agregó.
"Creo que a partir de hoy, Barnier es un primer ministro bajo vigilancia (...) de un partido político que es ahora una parte ineludible en el juego parlamentario", insistió.
Barnier replicó a Bardella que está "bajo la vigilancia de todos los franceses".
"El gobierno está bajo la vigilancia democrática de todos los franceses y de todos los sectores políticos", declaró Barnier en su primer acto tras su nombramiento, una visita al hospital Necker en París.
Con información de AFP y Reuters