El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, había exigido anteriormente a la ONU sacar "de inmediato" los efectivos de la Finul de las zonas de combate.
"El personal de la Finul y sus instalaciones nunca deben ser objeto de ataques", afirmó el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. "Los ataques contra las fuerzas de paz violan el derecho internacional...(y) pueden constituir un crimen de guerra", añadió.
"Situación de guerra"
Tanto la guerra entre Hamás y el ejército israelí en Gaza como el conflicto en Líbano han ido acompañados de una escalada entre Israel e Irán, que lanzó cerca de 200 misiles contra su archienemigo el 1 de octubre.
Los dirigentes israelíes amenazan con responder al ataque, que según la República Islámica fue en respuesta a las muertes del jefe del Hezbolá libanés, Nasralá, y del jefe de Hamás, Ismail Haniyeh, abatido en una explosión atribuida a Israel el 31 de julio en Teherán.
El canciller iraní, Abás Araghchi, afirmó que su país está "totalmente preparado para una situación de guerra", aunque reiteró que su gobierno quiere "la paz".
Ante las amenazas de Irán, Estados Unidos anunció el despliegue de un sistema de defensa antimisiles de gran altitud THAAD en Israel.
Tras más de un año de combates, Israel continúa su ofensiva en Gaza. La agencia de Defensa Civil del territorio reportó cinco niños muertos el domingo en un bombardeo israelí en el campo de refugiados de Al Shati, al oeste de Ciudad de Gaza.
En tanto, la OMS informó el domingo de que logró abastecer dos hospitales de Gaza con apoyo de la Cruz Roja, tras varios intentos fallidos.
En su ataque del 7 de octubre de 2023 en suelo israelí, Hamás mató a 1.206 personas, la mayoría civiles, según un recuento de AFP basado en cifras oficiales israelíes y que incluye a los rehenes muertos o asesinados en cautiverio en Gaza.
Al menos 42,227 palestinos, mayoritariamente civiles, han muerto en la ofensiva israelí en el territorio, según datos del ministerio de Salud gazatí, que la ONU considera fiables.